Empleo, una realiad cada día más dolorosa

Los éxitos deportivos a todos los niveles, el desenfreno de las fiestas en la capital y los primeros calores del verano cerraron una semana aciaga para el empleo y el futuro económico de la provincia y acabaron desviando la atención que deberíamos prestar a la profunda reflexión sobre esta cuestión a asuntos bastante menos espinosos.

Al problema de la minería, que desde hace semanas viene ocupando un día sí y otro también las primeras páginas del periódico a propósito de su inminente finiquito y de un debate político que todavía dejará oír gruesas palabras, vinieron a sumarse las estrecheces del empleo, concretadas en sendos ERE en dos empresas señeras de León. Antibióticos anunciaba uno en rotación de un año para 173 de sus 303 empleados y RMD negocia otro sobre la idea de aplicarlo por el mismo periodo a sus 185 trabajadores. Llegan precedidos de los de Vitro y LM en el Bierzo y los del sector del automóvil y DC Wafers en la capital y sobre un horizontes de más de 40.000 parados en la provincia.

Precisamente esos periódicos datos del desempleo sirven de doloroso recordatorio de una evidencia que no se quiere enfatizar: mientras no haya crecimiento económico, no se reducirá el paro. La reforma del mercado laboral puede que consiga —y está por ver— una ralentización de la destrucción de empleo, pero nadie debería pensar que, por sí sola, creará un solo puesto de trabajo. De manera que ya podemos asumir que seguiremos en esta situación por tiempo indefinido.