La transparencia, un buen camino en política

La clase política no pasa por un buen momento desde el punto de vista de su popularidad entre la ciudadanía. Y por ello cualquier paso para avanzar hacia la transparencia es positivo. En España de momento se hace de modo parcial y ayer el Boletín Oficial del Estado publicó los patrimonios de los altos cargos del Gobierno, tanto del actual como del que abandonó los puestos tras las elecciones generales de noviembre.

Son un cúmulo de datos que en muchos casos requerirían una explicación más concreta para evitar interpretaciones erróneas pero el criterio de salvaguardar la privacidad lleva a que en España se haga de este modo, al menos, de momento.

El camino es bueno. La clase política española necesita recuperar credibilidad y la transparencia es el mejor camino. Aunque aún queda mucho por avanzar para que entre la ciudadanía se vayan disipando las dudas que en excesivas ocasiones se plantean realizando generalizaciones que minan esa credibilidad.

Entre los datos publicados ayer queda patente una realidad. A muchos les sale cara la política. Eso es lo que transmite al menos la disminución del patrimonio sufrida por José Luis Rodríguez Zapatero en su estancia en La Moncloa. Pero también al observar las posibilidades económicas que manejan varios altos cargos que ocupan ahora ministerios o secretarías de Estado por unos sueldos nada acordes con su patrimonio. La tan manida vocación de servicio público parece que se hace más creíble.