Gallardón debería tener en cuenta el clamor
En pocas ocasiones se ha concitado una respuesta tan importante contra una iniciativa gubernamental. El proyecto de tasas judiciales ideado por el Ministerio de Justicia ha logrado unir las posturas de todos los ámbitos judiciales para rechazar la iniciativa. Alberto Ruiz-Gallardón, un hombre que siempre intentó exhibir una imagen dialogante, parece que en este asunto no está dispuesto a escuchar ese auténtico clamor que se ha generado entre jueces, fiscales, abogados o procuradores.
La respuesta de rechazo de todos los ámbitos de la Justicia debería ser tenida en cuenta por el ministro porque no parece que la imposición contra todos sea el mejor camino y menos en un aspecto tan sensible e importante como la Justicia.
En España la Justicia tiene problemas serios. Y los propios jueces han criticado reiteramente que se facilita en exceso la posibilidad de paralizar y ralentizar las decisiones con recursos. Pero la mera imposición de unas tasas elevadas no garantiza que ese problema se vaya a resolver de manera inmediata si no que se corre el riesgo de generar una situación de indefensión entre los ciudadanos que no disponen de grandes gabinetes jurídicos y de suficientes recursos económicos para seguir pleiteando como si nada hubiese cambiado.
El ministro Gallardón debería tener en cuenta ese clamor de voces autorizadas. Sus ataques de las últimas horas contra los jueces no parecen el mejor camino para buscar una solución