Adiós clase media, adiós

Como en el cuento de Clarín, en el que el tren se llevaba no sólo a la mejor vaca sino también al hermano para no volver, el tren de la crisis se está llevando para no volver jamás a la clase media española convertida sin más en un conjunto depauperado de ciudadanos que se esfuerzan simplemente por sobrevivir que no es vivir. Sería soportable sino fuera porque la destrucción de la clase media no ha sido una consecuencia de la crisis sino el fin de la misma. Para el partido en el poder la crisis es una excusa para cambiar de arriba a abajo el sistema social de España convirtiéndola en un Nuevo Orden donde el nepotismo, los privilegios y el mando de la casta política esté por encima de los intereses de los ciudadanos.

En la educación y en la sanidad es donde se está librando la batalla y será la vía a través de la cual los españoles van a ser convertidos en siervos de la gleba con salarios precarios y sin derecho laboral alguno.

Para ello es necesario hacerle creer a la gente que el sistema sanitario y de pensiones es inviable y que es necesaria la gestión privada pues lo privado, lo repiten como un mantra, funciona mucho mejor. Pero la realidad es que la gestión privada ha dado lugar, por ejemplo, al Madrid Arena, o a las autopistas deficitarias que una vez en manos privadas reclaman dinero público para poder subsistir. Y lo mismo pasará en los hospitales, una vez en manos privadas, antes de dos años dirán que el dinero no llega y que quieren más. Olvídense de las prótesis de titanio y prepárense para las de plástico hechas en China. Acostúmbrense a que las radiografías, los vendajes y demás no los haga a quien le competa sino al que menos cobre y vean al médico, sin embargo, a través de internet...

De lo que se trata es de propiciar un cambio social con una gran base de lumpen a la que se le va a ofrecer una formación mínima para dotar de mano de obra continua y barata al sistema productivo. De eso va la formación profesional dual tan en boga en las bocas de nuestros gurús educativos y en pleno retroceso en Alemania. Porque con tener aspectos interesantes hay sectores como la sanidad que no pueden caber bajo el signo de la formación dual al igual que se ha demostrado en Alemania y porque en España ese tipo de enseñanza tal y como la concibe el partido de los privilegiados solo puede ofrecer a nuestros jóvenes precariedad y más precariedad, con salarios misérrimos y explotación disfrazada de formación en un tejido empresarial que no se parece en nada al alemán.

Así «os fillos das famillas prominentes» como decía el viejo político conservador que en paz esté, obtendrán «os mellores postos» porque se está diseñando una sociedad donde el mérito no cuente y sólo valga el arrimo a un partido que impondrá con porra, pelota de goma y mano de hierro su modelo social.

La clase media empezó a empobrecerse con la ayuda del inefable Zapatero, verdadero zapador del partido ahora en el Gobierno, con la inestimable ayuda de un PSOE que llevó a España a través del dispendio y el capricho al total descrédito de la política. Con la ayuda de Zapatero, Rajoy, su hermano en la lucha contra la clase media, su clon político, ha logrado arrastrarla hasta argentinizarla, ha logrado desesperarla con subidas de impuestos confiscatorios, subidas de servicios básicos, bajadas de sueldo, eliminación de pagas extras, aumento de privilegios para la clase política y más mucho más, bofetada tras bofetada en el rostros de las clases medias y trabajadoras...El 95 % de la población al servicio del 5 %.

Si los ciudadanos no despertamos y nos hacemos conscientes de que tenemos el poder de cambiar esto, si creemos que basta con indignarnos para que todo se resuelva, si ignoramos que lo que han producido los partidos mayoritarios es una casta que quiere perpetuarse en el poder ellos y sus familiares, entonces no habrá salida, seguirán en sus poltronas moliendo a porrazos a los ciudadanos en las manifestaciones y seguirán aupando al poder hasta en el último puesto de la administración a los obedientes y sumisos al poder. Porque la clase media ya se ha ido en el tren, como la Cordera del cuento de Clarín, y si no lo evitamos con nuestros votos el prado se quedará sólo para que ellos lo disfruten.