Indigna(dos)

El primer premio es para las mujeres del PSOE que, como saben, han salido en tromba contra su compañero de partido, Samuel Folgueral, pidiéndole que no vote con el condenado por acoso sexual. Ahí está Teresa Gutiérrez, la sin par, la defensora del lenguaje para idiotos e idiotas, clamando contra el pacto, aunque últimamente se le oiga más bien poco. Hace como Aznar con el catalán, que solo se expresa con libertad en la intimidad, que fuera está la disciplina de partido, que es el silencio de los corderos, o el balido de los memos, que todo depende de la cantidad de dinerito que esté en juego. Por eso, por dinero, se pueden poner en solfa los argumentos de la igualdad, se puede mirar hacia otro lado cuando en tu nombre se pisan los principios... siempre por dinero. Ay, las mujeres del PSOE, cómo se ponen cada vez que se ponen el disfraz de la dignidad, o de la indignidad... Aunque claro, a lo mejor es que estamos pidiendo peras al olmo, que tras leer las declaraciones de la procuradora de lo suyo dan ganas de exilarse a otro idioma. Al loro: «Porque se habla del asunto sin saber qué se debatió en la ejecutiva provincial sobre ello, y en todo caso sin saber cuál es mi opinión al respecto, allí vertida, y que no tengo razón para hacerla pública porque es algo que pertenece a la privacidad de ese órgano de debate». Ahora, después de respirar, intenten descifrar el mensaje. Además de saltarse todas las normas de higiene gramatical, este grupo de pensamientos caóticos demuestra que doña Teresa no sabe cómo justificar su actuación, vamos que se siente acorralada. ¡Mira que poner a la socialista en la tesitura de tener que elegir entre la pasta o los supuestos principios! Si es que los plumillas somos más que malérrimos, con lo a gusto que está ella en su coche oficial, su despacho y sus cositas, y en esto llegamos los chiquilicuatres de la cosa para ponerla delante del espejo. Ya ve, doña Teresa, que sí, que sabemos que se alegra mucho de que ahora todos nos hayamos vuelto feministas. No me extraña, alguien tenía que coger el relevo de sus grandes hazañas por el segundo sexo después de que usted haya decidido sindicarse al relativismo moral.

Así que nada, esperaré a la próxima lección de feminismo de las chicas socialistas, ahora que su Pantaleón particular les ordena hacer patria con Ismael. Recuerdo a Ángela Marqués llamando indignos a los vecinos de Dehesas... ay, la dignidad...