El espía callejero

Pues sí. Sí que ha caído mal entre la ciudadanía la puesta en marcha del nuevo coche espía que la concesionaria del servicio de la ORA ha empezado a hacer circular por Ponferrada con la misión de que no se le pase una matrícula sin el correspondiente pago por estacionar en la zona azul. Y eso que según la concejalía, el auto camuflado —Visual Car le han bautizado a lo anglosajón— todavía se encuentra en periodo de pruebas y no se chivará por el momento de los presuntos infractores a través de sus sosfisticados sistemas tecnológicos. Ha caído pésimamente entre el ciudadano o mejor dicho entre el conductor común y a mayores entre los comerciantes, supuestos beneficiarios de la rotación de la ampliación de la zona de aparcamiento de pago, y que sólo acaban de ver a los pocos clientes que por casualidad se atreven a entrar en sus establecimientos más pendientes todos del tícket de la ORA que de los detalles de los modelitos.

Como está tan boyante el pequeño comercio aún hay quien al hilo de la irrupción del coche espía amenaza con entregar su fidelidad al macrocentro de La Rosaleda para disfrutar de una tarde tranquila de shopping , sin los sobresaltos de tener que verse «retratado». Y como lo cierto es que de educación vial estamos pero más que justitos en Ponferrada, lo más irritante todavía en este contexto de jungla circulatoria es que el auto-delator pueda llegar informar a los agentes de la Policía Local a propósito de un neumático encima de un bordillo, un breve estacionamiento en doble fila o de una paradita en zona de carga y descarga.

En otro momento igual no, pero tal y como están las carteras de tiesas, el coche espía de la concesionaria de la ORA no es extraño que haya sido ya declarado como enemigo público número uno de los ponferradinos. Por mucho que el concejal del área anticipe campañas de concienciación para lavar la imagen represora con la que ha arrancado. La verdad es que el administrado sería mucho más receptivo si este tipo de vehículos se distribuyeran por la ciudad no con este afán esencialmente recaudatorio y si para tratar de poner fin a la gran escalada de actos delictivos que en los últimos meses se está notando a todos los niveles. Tanto en lo que toca a robos con fuerza a establecimientos como a pequeños hurtos y amenazas de todo tipo, que en muchos casos no se denuncian y las estadísticas silencian.