Alfombra de gala para gigantes y cabezudos

Quizá fuese más por recuperar la tradición y hacer buen uso del patrimonio que para evitar caídas como la que sufrió una concejala que tuvo que guardar dos días de reposo como consecuencia de la contractura que sufrió entre dos vértebras. Pero lo cierto es que, después de mucho tiempo, el Ayuntamiento de León ha vuelto a colocar la alfombra de gala en las soberbias escaleras del consistorio de San Marcelo. Es una pieza de notable valor histórico que sólo se utiliza en ocasiones. Y, por lo que parece, las fiestas patronales, aunque empobrecidas por las exigencias de las circunstancias, sí lo merecen.

Era, sólo por esa razón, una buena ocasión para exhibirla. Mucho mejor todavía al darse la circunstancias de que, como consecuencia de otra buena iniciativa, este año se exhiben en los descansos de esa misma escalera los personajes más singulares de las fiestas de la capital: los populares gigantes y cabezudos, ahora muy rejuvenecidos tras la cirugía a la que fueron sometidos.

La Tarasca, San Froilán, los Reyes Moros, los dos leoneses típicos y esa legión de enanos seguramente se sentirán agradecidos por la mejora física y honrados con las atenciones que ahora se les dispensan.