Mujeres del Carbón, un ejemplo de resistencia

Un año y cuatro días después de cumplirse la llegada a Madrid de la tercera Marcha Negra, el colectivo Mujeres del Carbón, en representación de las cuencas de León, Asturias y Aragón, protagonizó ayer en el mismo escenario una sonora jornada de protestas con una marcha de 15 kilómetros entre Rivas Vaciamadrid y Vallecas por la mañana y una manifestación desde esa barriada hasta la Puerta del Sol por la tarde.

Fue el broche a una semana de nuevo convulsa para el sector por las expectativas en las cuencas y de la propia Junta —«esperamos con muchas ganas saber qué futuro tendrá el carbón»— sobre la reforma energética que iba a anunciar el Gobierno el viernes y por la tremenda decepción una vez conocido que en términos prácticos se va a sustanciar en una subida del 3,2% de la tarifa eléctrica. Ni una sola palabra del carbón. No es asunto de este Gobierno, ni siquiera una prioridad para el ministro de Industria quien, frente a tanta incertidumbre y desasosiego, había pedido —ojo al mensaje— una reflexión sobre los costes de un sector al que venía a reprochar que 22 años de trabajo y 22.000 millones de euros de inversión no hubiesen servido para alcanzar una reconversión como la del País Vasco.

En una semana en la que la Vasco anunciaba el levantamiento del preconcurso de acreedores y Uminsa retiraba el plan de despido para 136 mineros, sus mujeres volvían a ser en Madrid un ejemplo de lucha —«por la vida», se lee su eslogan— frente a la sordera de un Gobierno que tampoco tiene nada que decir.