Doble de caro

Tienen publicado en la Comunidad Europea un informe muy severo del que se deduce que el kilómetro de autopista que se construye en España sale el doble de caro que en el resto de países europeos, aunque no haya especial problema orográfico que encarezca la obra.

¿El doble?... ¿cómo explicarlo?...

Pues, visto lo que se ve, de forma sencilla... recuerda aquel episodio entre los ministros de Fomento de España y Alemania... tenían que celebrar una cumbre bilateral en cada país y, como las reuniones se fijaron en fin de semana, el ministro alemán sugirió al colega español que, para dar más operatividad al encuentro, podían celebrar las sesiones de trabajo en su residencia personal de Baviera... de buen grado se aceptó la oferta y allí se presentó la legación española... todo fue afable y resolutivo... en un piscolabis distentido al concluir la cumbre, el español le preguntó al alemán: oye, de colega a colega y sin tapujos, tú y yo sabemos lo que gana un ministro, pero es que aquí tienes un casoplón de mil pares con piscina, mayordomo, jardinero, tres cochazos... ¿de dónde te salió todo esto?... campechanamente, el alemán se llevó al español hasta el ventanal de salón, descorrió la cortina y le dijo ¿ves aquella autopista?... ya, sí, ¿y?... pues eso, ¡el tres por ciento!, le cuchicheó con guiño pícaro.

Al mes siguiente tocó cumbre en España y nuestro ministro propuso celebrarla en su chalet de Majadahonda... se aceptó y todo salió cabal y afable... al concluir la reunión, en el refrigerio de despedida, el alemán le dijo al español con igual franqueza: oye, de colega a colega, tampoco tú puedes quejarte, vaya palacete te has montado, un piscinón, otra cubierta, cinco coches, pabellón de caza, diez criadas, dos cocineros, dos chóferes, cuatro guardias... ¿de dónde te salió todo esto?... el ministro español le echó la mano al hombro y se lo llevó al ventanal, descorrió la cortina, le mostró la amplia panorámica y le comentó «¿ves aquella autopista?»... el alemán se hartó de mirar a todos lados y algo perplejo le dijo «¿cuál?... ¿qué autopista?... ¿dónde?»... ¡pues eso!... y puso el español una risa de candado igualita a la de Bárcenas.