La obra pública busca fórmulas de actividad

Las consecuencias de la crisis económica se han hecho notar en todos los sectores de actividad, aunque en algunos con especial virulencia. El más afectado es el de la construcción, tanto por el pinchazo de la burbuja inmobiliaria, como por la drástica caída de la inversión pública. En Castilla y León, después del desarrollo de grandes obras de infraestructuras, con presupuestos muy cuantiosos, como la ejecución de algunos tramos de autovías, y sobre todo, de la red ferroviaria de alta velocidad por distintos corredores, la inversión se ha desplomado en los últimos tiempos.

El descenso se ha producido en todas las administraciones, aunque fue más acentuado en la autonómica, que pasó de licitar, en 2009, en torno a 1.000 millones, a los 76 millones contratados el pasado año.

La consecuencia del drástico recorte de inversiones, tanto en el sector privado como en el público es que prácticamente el 50% de las empresas han cerrado y las que quedan han tenido que ajustarse a la reducción de un 70% en la ejecución de obra pública y en edificación.

Consciente de que no se puede generar más déficit, los constructores ofrecen alguna alternativa digna de tener en cuenta, como la colaboración público-privada no sólo con grandes constructoras, sino también con la pequeña y mediana empresas. Otra fórmula que se apunta, como es la inversión en regeneración urbana, es la base de un proyecto de ley en el que trabaja la Consejería de Fomento, que tendría que ver la luz lo antes posible.