Cartas boca arriba en la crisis aeroportuaria

El consejero de la Presidencia y portavoz de la Junta, José Antonio de Santiago-Juárez, se expresó ayer con un tono de notable inquietud al referirse a los datos que hablan del desplome constante del número de viajeros en los cuatro aeropuertos de la comunidad. Pero dio un paso más allá en sus reflexiones acerca de la posibilidad de seguir sosteniendo con fondos públicos la actividad en Valladolid, Burgos, León y Salamanca al confirmar que no se contratarán vuelos con nuevas compañías al margen de la única que opera en los aeródromos, Air Nostrum. Una de las piedras angulares para ordenar el mapa de este tipo de infraestructuras en Castilla y León debe ser la firmeza y la clarividencia política por encima de guerras localistas y posturas demagógicas. El «hasta ahí podemos llegar» de Santiago-Juárez debería considerarse como un posicionamiento muy serio políticamente y especialmente comprensible para los cientos de miles de ciudadanos que sufren los recortes en otros servicios mucho más básicos y que perciben el sostenimiento de cuatro aeropuertos en Castilla y León como un despilfarro de sus contribuciones. Es cierto que la crisis económica está en el fondo del descenso generalizado del número de pasajeros en la mayoría de los aeropuertos de España, pero las caídas en los cuatro de la comunidad los convierten en irrelevantes. Con las cartas definitivamente boca arriba por parte de la Junta cada uno al menos sabrá a qué atenerse para buscar la viabilidad.