Diario de León

TRIBUNA

San Marcelo, patrón de León

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Máximo CAYÓN DIÉGUEZ Cronista Oficial de la ciudad de León
León

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San Marcelo, patrón de la ciudad de León, tiene su festividad litúrgica el 29 de octubre. Y este día debería estar marcado con piedra blanca en las efemérides populares legionenses, aunque lamentablemente no es así. Y es que en la referida fecha del año 298, este valeroso centurión, adscrito a un escuadrón de la Caballería Astera de la Legión VII, fue decapitado y posteriormente enterrado en Tánger, a causa de la encendida defensa pública de la fe cristiana que había realizado en nuestra ciudad. El hecho aconteció, durante las fiestas dedicadas en honor del emperador, ante las más altas magistraturas romanas, emplazadas en la tribuna principal que se alzaba en el lugar donde se encuentra hoy la iglesia del citado santo y centurión.

Ejemplar patriarca leonés, Marcelo estaba casado con Nonia. De esta unión nacieron doce hijos. Los más conocidos en la vida local son los tres primeros: Claudio, Lupercio y Victorico, martirizados en el desaparecido monasterio benedictino de San Claudio, que databa del siglo IV, «levantado en la cascajera del Bernesga», en expresión de Antonio Viñayo, extramuros de la ciudad. Actualmente, sus restos mortales reposan en la iglesia de San Marcelo. Una lápida, a los pies del citado templo, así lo testifica.

El «santo cuerpo» de San Marcelo llegó a León el 29 de marzo de 1493, Sábado Santo. La toma de Tánger, a raíz de la batalla de Arcila, el 28 de agosto de 1471, por Alfonso V de Portugal, hermano de doña Juana, segunda esposa de Enrique IV, propició el hallazgo de su tumba, en cuya lápida se leía esta inscripción: «Marcellus, Mártir Legionensis». El traslado fue un nobilísimo empeño del rey Fernando el Católico, el Cabildo Catedralicio y el Concejo leonés. Desde entonces, la iglesia de «Sant Marciel», dicho a la vieja usanza, custodia los restos del santo legionario, cuya entrada en esta antigua Corte de Reyes incardinó en el ánimo de los leoneses el plausible propósito de erigir una nueva iglesia digna del patrón de la Ciudad.

Dado, pues, el manifiesto deterioro del antiguo templo románico del siglo XII, el 19 de julio de 1588, el prelado D. Francisco Trujillo puso la primera piedra que hizo posible la fábrica del nuevo recinto sacro, rematado entre 1625 y 1627. Obra de Baltasar Gutiérrez, arquitecto de la Catedral, y de Juan de Ribero Rada, bajo cuyas trazas se edificó el Palacio de Poridad, la iglesia se inauguró el 10 de marzo de 1628, por el obispo de León, Gregorio de la Pedrosa.

En el predicho templo, la imagen de San Marcelo recibe veneración en el altar mayor. Obra de Gregorio Fernández, datada en 1631, fue un encargo del regidor leonés Ramiro Díaz al citado imaginero, mediante contrato suscrito el 19 de febrero de 1628. Las imágenes que circundan a esta efigie en el retablo principal, es decir, las correspondientes a su esposa, Santa Nonia, y a sus doce hijos, se deben a Santiago Velasco y se fechan en 1722.

El arca de plata que contiene las reliquias del Santo Centurión, realizada en 1627, es obra del entonces platero de la Catedral, el leonés, Hernando de Argüello. Esta pieza escultórica a que la aludimos es la más conocida. Pero, la popularidad del santo legionario entre los leoneses de todos los tiempos es una patente realidad. Recordemos que en el ático del trascoro de la S. I. Catedral, obra del siglo XVI, Esteban Jordán efigia a San Marcelo, al lado de San Isidoro, patrono del reino de León. Ambas figuras, talladas en madera de pino alabastrado, son sedentes.

Asimismo, hallamos también a San Marcelo en la sillería del coro catedralicio, comenzado en el último tercio del siglo XV, en la zona del Coro del Obispo, al lado de la epístola, en una de las sillas altas [22]. Igualmente, descubrimos al Santo Centurión en una vidriera de la capilla de la Virgen del Camino de nuestro primer templo [2,B,1], confeccionada por Diego de Santillana entre 1507 y 1508, así como en un tablero superior, reconocible por un letrero, del lateral derecho del coro de San Marcos, finalizado en 1543, donde las improntas de Juan de Juni y de Guillermo Doncel son notorias.

«El día de San Marcelo, patrono de esta nobilísima ciudad, —señala el Marqués de Fuente Oyuelo, en el capítulo XXX de sus Políticas Ceremonias —, (el Corregimiento) se junta en la Catedral, y el Cabildo de ella sale en procesión, y va a a la Iglesia parroquial de este glorioso Santo, que goza su inestimable cuerpo, y allí se dice la misa con toda solemnidad, y la Ciudad se sienta con el Cabildo en la misma forma que va dicho en los días de sermones y letanías: vuélvese a la Catedral, adonde se da fin a la función».

Cada 29 de octubre, como queda dicho, el Ayuntamiento de León y el Cabildo de la S.I. Catedral honran la memoria de San Marcelo, patrono de la Policía Municipal de León desde el 25 de enero de 1983. José González, en su Vida de San Marcelo, dada a la estampa en 1943, dejó escrito que «el santo centurión sigue siendo imán de almas enamoradas, orgullo del pueblo, gloria de nuestra patria chica, alegría y vida de los leoneses…». Ante una afirmación de este calado, sobran más palabras.

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