El mejor

Tienen razones de sobra esta vez si han elegido el establecimiento de un leonés como el Mejor restaurante de Castilla y León ... él se llama Víctor Martín; y el sitio, Trigo , a la vera de la catedral de Valladolid, en esa calle Los Tintes que evoca en su nombre y estrechez artesanal la faena a la que se dedicaron allí algún tiempo... y ahora se sale de ella con el paladar teñido de colores del sabor nuevo y desconocido que se agüelda con ecos de cocina antigua y materia noble; esa es su norma.

Lleva ya unos cuantos años distinguiéndose y brillando este cocinero leonés que no llegó a estas cumbres por la vía rápida del relumbrón, la moda culinaria o el figureo (Víctor prefiere hacer hablar a sus platos) y que comenzó estudiando cocina en Madrid y su grado superior en Compostela hace veinticinco años para no dejar ya de estudiar, de averiguar y de aprender... dejó su huella en la cocina leonesa trabajando un tiempo en el Alfonso V , como lo hizo también en la cocina vallisoletana de La Fuente de los Ángeles y el restaurante Mil vinos ... y para lograr aprender, lo mejor es hacerlo con los mejores, así que en ello se empeñó, pues unos cuantos años con Santi Santamaría en el Racó de Can Fabes y en el Sant Celoni de Madrid le inspiraron la técnica, le afinaron el exquisito detalle, le ahormaron el criterio... y le grabaron un precepto: la cocina ha de ser imaginativa, pero honrada... y teatro, sólo el justo.

Va a hacer siete años que se abrió Trigo convirtiéndose desde sus comienzos en referencia inexcusable dentro del acreditado y competitivo mundo culinario de la capital pucelana donde cualquier desconocido parte con demasiados handicaps. Los reconocimientos han sido continuos y el compromiso que comportan lo resuelve con nueva nota que la crítica especializada le eleva cada vez. Y como la cota de un restaurante no la alcanza sólo el «plato», sino en gran medida el «trato», aquí comparece como alma máter y jefa de sala su mujer, Noemí Martínez (dulzura y conocimiento), que tiene una fina nariz premiada en la sumillería nacional. Y hoy, con esta distinción, los dos honran a lo leonés.