EDITORIAL: La crisis castiga al comercio a la espera del repunte del gasto

Con la construcción y en general el sector inmobiliario ya hundidos y sin posibilidad de sufrir más penalidades, la crisis castiga ahora con especial dureza al comercio leonés. Desde meses atrás las asociaciones profesionales venían advirtiendo de que lo peor llegaría tras las Navidades, en los primeros meses del año. No se equivocaron. Más de la mitad de las empresas que quebraron en el primer trimestre son de ese sector y sólo dos fueron inmobiliarias.

Con una gran tradición y un peso importantísimo en la economía provincial, el comercio leonés, al menos el gran comercio, en general había conseguido mantener la actividad y el empleo en una situación de extraordinaria dificultad, pero la caída a mínimos del consumo como consecuencia de la alta tasa de desempleo —más de 47.000 parados en la provincia— acabó dinamitando el sector.

Las políticas económicas, las propias y las impuestas, ahogaron al ciudadano a pesar de haber quedado demostrado que con la subida de impuestos no se recauda más, no se incentiva la inversión y tampoco se fomenta el consumo, sino todo lo contrario. Tampoco es justo que las grandes empresas aumenten sus beneficios sin pagar más impuestos ni generar empleo. Y no es razonable que siga pendiente una verdadera y progresiva reforma fiscal que acabe con una situación injusta para la mayoría y con el gran fraude fiscal, culpable también de la crisis de las finanzas públicas.

Pero mientras eso ocurre, y ya tarda, hay indicadores que señalan que la situación está dando la vuelta. El Gobierno adelantó anteayer que va a poner en marcha nuevas reformas que ayuden a crecer a la economía. Es necesario acelerar el ritmo de crecimiento y hacerlo sólido y sostenible. En seis años de crisis casi trescientas empresas de la provincia se vieron abocadas a la quiebra. Es una losa difícilmente soportable para la economía leonesa. Pero hay que levantarla.