Divertido

Todo puede ser uno en esta vida... menos triste, ladrón o pamposao.

El mandato natural es hacer las cosas lo más divertidas posible, sólo en eso consiste la felicidad; y la amargura sólo ha de tener derecho a un rato.

La hermana de Cristiano Ronaldo habla un español fluído que avergüenza nuestra estúpida y desdeñosa ignorancia del portugués y salió en la tele enseñando el lugar de la isla de Madeira donde estuvo su humilde casa paterna, ahora solar asfaltado hecho plazoleta... y sobre aquel suelo, como quien pisa un plano, iba indicando dónde estuvo la cocina, su habitación, el lavabo... se le iluminaba la cara con los recuerdos («éramos felices») o se le anudaba a la garganta el padre muerto que no llegó a ver las cumbres alcanzadas por su hijo, ni el nuevo casoplón familiar que les regaló hace unos años en otra zona más rumbosa de su localidad. Pero recordando los tiempos de la vieja casa resumía emocionada: «nos divertíamos, reíamos»... ¿era nostalgia de algo puro y seguramente perdido?...

El pobre siempre acudió a la risa para espantar o engañar a la desgracia... ¿de qué, si no, se ríen los críos en un mísero campo etíope de refugiados, en una favela de Río o en casa de un jornalero en paro?... ¿por qué canturrea el carrilero mendicante?... ¿y por qué hay tanto rico triste, broncas o amargao?...

Divertir es un mandato. El humor no ha de perderse. Las crisis y los males duelen más a quien va por la vida apretando el culo y frunciendo el ceño.

Además, la risa aleja a la muerte y por eso el serio se pierde media vida.

En estas, oigo que vuelve a León Ara Malikian (¡violín teatral!).

Dicen que hay dos músicas: la seria y la ligera, la clásica y la popular... ¿?... ¿es serio Ravel y ligero Brassens?... toda música es seria... y divertida hasta cuando es llorona... o ¿no se inventaron los blues y el flamenco para quejarse?...

Malikian es un genio empeñado en hacer divertida la música seria. Han de verlo los que ponen cara repugnantina ante Mozart o Sarasate y también la tropa que peta la discoteca. Pregunten a los leoneses que ya le conocen...

¿y por qué triunfa su música clásica?... porque es un grandísimo virtuoso... pero sobre todo porque es divertido.