Diario de León
Publicado por
Pedro Trapiello
León

Creado:

Actualizado:

Tranquilo, Vick, las cosas van así... ni te inflen ni te enojen los elogios tardíos, que siempre ayudan a espurrir el alma, ahora que la tienes feliz y tumbada en cualquier nube de esas que vienen a enredar por aquí, porque estoy seguro de que nos rondas de vez en cuando por ver dónde acabaremos dando en nuestra inopia, compasivo fisgoneo como cuando mirabas desfilar la vida y a este pueblo peatón tras los cristales del bar Río.... ¿has visto lo divertida y devastada que está la cosa y la ciudad que aquí dejaste?... a que sí...

Cinco años ya.

Se te echa de menos. Cómo no.

Que sepas en primer lugar que el profesor Balcells declaraba hace un mes en este periódico que tu poesía se revisitará y con el tiempo será fundamental para entender las letras españolas de un tiempo convulso y devastado... y se quejaba de la crítica cicatera que no quiso ver los rasgos esenciales de tu poética radical, existencial, latida... grito social... como si fuera género menor el decir las cosas claras. O sea, que tiene que morir uno para que le consideren (ahora sólo tienen que morir los críticos cegatos y hasta los amigos desdeñosos para que tus nuevos lectores, que te aguardan tras la esquina del calendario, te descubran descontaminados de la mirada confianzuda con que te minusvaloramos).

La cosa es que tuviste que escribir como stajanovista para poder vivir como vencido en medio de vencedores, ese plus dramático que te exigió finísimo cinismo... y eso significa una obra gigante. Lo recuerda aquella vez que mandaste a Curra por delante a un congreso con la disculpa de que tardarías algo por estar terminando un novela que habías de entregar al editor... y le dijeron ¿y a qué hora de la mañana dices que la comenzó?... trabajo febril, así te venían los años. Por eso G.P. te pellizcaba: En invierno y en verano escribe siempre Victoriano; en invierno con la mano y en verano (ay, en verano)... en verano con el nabo.. . y os echaron del bar por celebrar en voz alta vuestra palabra amiga. En fin, que te lluevan halagos, Vick, aunque es cierto lo que decía Mark Twain: Lo peor de los elogios es que son siempre escasos.

tracking