Sexo o patria

He leído que un estudio sobre el patriotismo encargado al CIS por el Ministerio de Defensa señala que solo el 16% de los españoles está dispuesto a defender a su país. El mismo día y al calor de la falsa violación en grupo de una muchacha en Málaga sociólogos especializados en comportamientos de los jóvenes españoles mostraban su inquietud por la frivolización de la vida sexual y la banalización del sexo entre los adolescentes.

Me resisto a decirlo pero es que parecería que estamos entre la guerra del Vietnam y Mayo del 68 cuando el ideal se resumió en dos palabras: «Haz el amor, no la guerra». Aquel eslogan antimilitarista creado en los años 60 originó todo un pensamiento antisistema que cuajó en el movimiento hippie como todo el mundo sabe. El lema tuvo una enorme popularidad inversamente proporcional a su calidad ideológica. Era una simpleza que contraponía con éxito dos realidades que no tenían nada que ver: la necesidad de liberación de costumbres en materia de sexo y una guerra que fue impopular y equivocada desde el minuto uno. Pero en términos reales el ‘happy flower’ dejó como herencia, además de una de las mejores producciones musicales del siglo XX, un legado social más bien pobre con un efímero movimiento universitario contracultural y una moda de relativismo que explotó en las calles de París en mayo del 68.

Espero que no se esté gestando ahora en España una generación de ‘nuevos hippies’. Es difícil saberlo porque a lo largo de la crisis económica que ya va para siete duros años ofrece indicadores contradictorios. El estudio Jóvenes y Valores sociales recién publicado por el Centro Reina Sofía, certifica que los jóvenes a día de hoy han vuelto la espalda a los valores hedonistas del éxito social o la popularidad; y, sin embargo, recuperan la cabeza del ranking la familia, el compromiso colectivo, el medio ambiente, la preocupación por los demás. No se, no me encaja.

Que la familia haya subido en su escalafón puede ser. Muchos se han dado cuenta que cuando vienen mal dadas es a lo único que te puedes agarrar.

Lo que se ve más claro es que si a los 17 no te has ‘estrenado’ eres un estrecho condenado al ostracismo del grupo y como resumía Bob Marley: «Se está mejor en la cama que bajo tierra». ¿Se está gestando una revolución cultural entre los jóvenes? No lo creo. Mas bien creo que sufren un despiste monumental y una gran empanada mental.