Con los deberes por hacer

E l año se prepara para enfilar su recta final y lo hace sin despejar prácticamente ninguna de las incertidumbres con las que arrancó. Un año perdido en temas en los que, lo peor, es que no sabemos hacia dónde nos dirigimos. La Ciuden o la minería son los vivos ejemplos de una carcoma que ya nos está mordiendo los zapatos. Seguro que alguien está aprovechando en beneficio propio esta inacción, pero esa no es nuestra comarca, ni mucho menos lo serán sus habitantes.

Cuarenta días de cuenta atrás restan para entrar en un 2015. Un año en el que, se anuncia, nada será igual que hasta ahora. Al menos en ese sector que amamantó durante décadas a este Bierzo a cambio de entregar, en no pocas ocasiones, a sus mejores hijos. Poco más de un mes en el que los que mandan, deberán aplicarse en una lucha contra el crono, como los estudiantes malos, para hacer unos deberes que desatendieron en los once meses anteriores.

Es lo que tiene ese esperar a ver qué pasa: que al final, hay veces que no pasa nada si quien tiene que provocar el movimiento de piezas no abre la partida. Y eso es, lo que desde fuera, parece que ha pasado en nuestra minería. Se ha estado esperando que cayera de madura (aguardando a ver cómo evolucionaba lo del fracking, a que aparezca petróleo en Canarias, a que sople el viento o se abrieran los mares). Y que con ella, y sobre todo esto, se postrara de rodillas el lobby eléctrico español.

Sin embargo el tiempo se les ha echado encima y no hay ninguna de las incertidumbres despejadas. El uno de enero está a la vuelta de la esquina, y, a esas alturas nadie sabe qué va a pasar con el carbón de las cuencas. Y, lo que es peor, con los antecedentes que hay, nadie parece dispuesto a arriesgarse a «funcionar a cuenta», no vaya a ser que a la vuelta de unos meses, los que mandan en Bruselas vuelvan a tumbar todo el tinglao.

Así las cosas, a nadie se debe extrañar de que las eléctricas no quieran meter un duro en un negocio en el que desconocen cuáles pueden ser las reglas del juego a partir de mañana. Lo que sí resulta sorprendente es que todavía haya alguien, como está sucediendo en el caso de Alto Bierzo, y cuando las tareas en el sector están por hacer, que esté interesado en invertir. El tiempo despejará incógnitas.