EDITORIAL: Apagar fuego con más fuego

La reforma de la Ley de Montes aprobada ayer por el Gobierno ha puesto en guardia a las organizaciones ecologistas y a los agentes forestales porque en uno de sus artículos establece que las comunidades autónomas pueden acordar cambios de uso forestal en zonas incendiadas si hay interés general. Frente al argumento gubernamental de que el objetivo es «disuadir» de los incendios intencionados más parece que lo que hay es un riesgo evidente de que se vuelvan a causar para, por ejemplo, permitir la construcción en zonas quemadas. La ley va justamente en la línea contraria a la de 2003, que prohibía el cambio de uso forestal de las zonas incendiadas al menos durante 30 años para evitar fuegos con fines especulativos. Es como darle cerillas a los pirómanos.