El osiperro

Un vecino de Prioro se asoma por la ventana y ve un osezno en la escalera de acceso a su casa. ¿Qué hay de raro en ello? Es lo previsible, dadas las bajas temperaturas. Lo raro es que hubiese visto a Beyonce cantando y bailando La barbacoa. Sacó una fotografía con el móvil y la imagen se ha convertido en símbolo de este invierno mordedor, al ser publicada en numerosos medios. La Fundación Oso Pardo ha difundido un comunicado en el que muestra reservas respecto a que sea un plantígrado, aunque admite que lo parece. Intuyen que puede tratarse de una cría de perro. Hombre, si hubiese sido un animal doméstico habría llamado al timbre, ¿no? Como la duda ofende, ni para ti, ni para mí: dejémoslo en osiperro. Conozco el caso de una señora que encontrándose en la cocina de su casa escuchó un rugido aterrador proveniente del salón, pidió a gritos socorro por la ventana y luego resultó ser el niño que sin avisar había entrado en la adolescencia. Lo de Prioro, animalín es. Si ruge, ladra o pía ya es lo de menos. Lo que importa es que como sigamos con este tiempo quienes somos de pies fríos —incluso en agosto— vamos a tener que salir a cazar mamuts, para abastecernos de calcetines abrigosos. La imagen que muestra dicha fotografía es verdadera por ser representativa de nuestra realidad escalofriante. Aquí las bromas las hacemos sobre el frío y con los osos, no vamos a hacerlas con el calor y los dromedarios. Reír nos hace entrar en calor.

Acabo de terminar una biografía del gran Tomás Moro. Este santo no perdió su buen humor ni cuando iba a ser decapitado. Mientras se dirigía al patíbulo rogó a un agente del rey: «por favor, ayúdeme a subir que para bajar de él ya me las apañaré solo». Y al verdugo: «la barba no hace falta que me la cortéis». El suyo procedía de su privilegiada inteligencia de humanista, pero también, o sobre todo, de su fe.

León cuna del parlamentarismo... y del osiperro. En una de sus películas Berlanga cuenta la historia de un pueblo cuyas fuerzas vivas se inventan la aparición de un santo que hace milagros, con la intención de atraer turismo. No es el caso que nos ocupa. En Prioro, san Buen Humor hace los suyos de verdad. Y además en la nieve, que tiene más mérito.