Diario de León
Publicado por
JOSE MARÍA CALLEJA
León

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L a última ha sido ver a Rodrigo Rato detenido por la Policía y quién sabe si su siguiente destino será la cárcel. La anteúltima fue conocer que se acogió a la amnistía fiscal, es decir que delinquió a la Hacienda española al no pagar lo que debía. Hemos sabido ahora que el que fue vicepresidente y ministro de Economía del Gobierno de Aznar, resulta que escondió dinero de ese que, según la propaganda que anima a contribuir, sirve para construir escuelas, hospitales, carreteras, etcétera. Queda por saber si Rato habló con su amigo y colega Montoro para anunciarle que se iba a acoger a la amnistía. Rato dice a quién quiere oírle que sí, que informó al Gobierno de su intención de ser amnistiado. Montoro es aquí discreto.

Resulta altamente interesante en este minuto del partido ver, leer y escuchar todo lo dicho en el pasado reciente por Rato contra el fraude fiscal, los defraudadores y las perversiones de las amnistías fiscales que, dijo, «nunca hará un Gobierno del PP». También son ilustrativos los ditirambos dedicado a Rato por Aznar, «de largo el mejor ministro de Economía de la democracia»; Rajoy, «haré la política económica de Rato porque no soy tonto»; Aguirre, Arenas y todos los del PP que se quieran citar, empeñados en construir el personaje del milagro económico español y mejor ministro de economía. Propaganda. Curioso tanto elogio, pues Rato negó que viviéramos en una burbuja inmobiliaria cuando aquí sólo se escribía el lenguaje perdido de las grúas. Luego vino la espantada de la jefatura del FMI, antes de terminar su mandato y sin que hayamos tenido aún una explicación cabal del asunto. No sabemos si en busca del milagro, Rato fue nombrado jefe de Bankia, cuyo rescate nos ha costado a los españoles la nada módica cantidad de 20.000 millones de euros. Tampoco han sido creíbles las explicaciones dadas por el galáctico exministro sobre el uso de las tarjetas de Caja Madrid, opacas al fisco también, y empleadas encima en compras inconfesables.

En fin, la banca Lazard le pagó a Rato más de seis millones de euros y luego Bankia pagó a la banca Lazard 16,4 millones por su salida a Bolsa cuando esta ya se había producido. Con todos estos ingredientes en su currículum, quizás quienes le entronizaron deberían hoy rectificar, pero no dicen ni palabra. El PP le ha dejado caer y habla de él como de Bárcenas «ese señor por el que usted me pregunta», decía Rajoy hace unas semanas. Rato viajaba hasta ahora a Suiza con precisión de reloj de cuco, su padre estuvo en la cárcel por robar y es probable que él acabe entre rejas por el mismo motivo, si un milagro no lo impide.

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