EDITORIAL
El fracaso del aeropuerto requiere audacia
La situación del aeropuerto de La Virgen del Camino requiere un esfuerzo. Pero no se trata tanto de reabrir el grifo del dinero público como de trabajar en la búsqueda de alternativas. Los inversiones millonarias tienen difícil justificación cuando no se rentabilizan. Y quizás algo de esto ha ocurrido con un aeropuerto que tras 16 años de historia apenas ha vivido media docena de ejercicios con actividad notable.
La realización de importantes inversiones para ampliar la pista o crear una terminal de primer nivel no han servido por sí mismas para incrementar el volumen de vuelos, de pasajeros o mercancías en el aeródromo de La Virgen del Camino. Y por ello parece interesante y esperanzador el que el nuevo equipo de gobierno de la Diputación huya de empecinarse en mantener las mismas fórmulas de actuación que se han probado con el tiempo como infructuosas.
En la Comunidad se ha vivido la situación de los cuatro aeropuertos disponibles como una especie de pulso permanente entre los territorios. Y Valladolid no ha ayudado precisamente con ese permanente deseo de intentar eclipsar las otras tres instalaciones existentes. Ahora desde el Consorcio de León se intentará abrir un cauce de colaboración con los otros aeropuertos para coordinarse e impulsar de manera conjunta la actividad, aprovechando todas las posibilidades. Se intentará potenciar el concepto de un solo aeropuerto con tres pistas, las de León, Burgos y Salamanca.
La importancia de este paso es que se evita mantenerse en las mismas actitudes que han conducido al actual fracaso de todas estas infraestructuras. Se necesita imaginación y audacia para reflotar unas infraestructuras que son fundamentales para estos territorios pero sobre las que no se han alcanzado fórmulas de eficacia que les otorguen un mayor nivel de actividad.