Animaladas

Jo, cómo se las gasta en Cazurrandia la Protectora de Animales y Plantas (¿los minerales no caben ahí o están sólo para pedrada y munición?) al replicar en estas páginas el otro día a nuestra Fanjul por un artículo donde su valiente y ágil pluma ironizaba sobre el numerín mediático y la sensibilidad jaleada que tiene alguna gente con los animales sin que parezca moverles a igual piedad o conmoción la tragedia humana sembrada cada día en esta vida perra donde el hambre sigue siendo canina para tantos, hambre animal con devastación de la justicia y animaladas a la carta.

Sin más razones para rebatir a Fanjul, esa protectora lo deja todo en furia necia y «argumentos ad hominem», aquí «ad mulierem», insultos pedorros desde el cerro del escozor y de la altanería supermema, pues ahí le endilgan a granel los títulos de fascista, cavernaria, paleta, absurda, ignorante, zoqueta, escribidora de chorradas, gilipollas... ¡ahivalavirgen, cuánta sutileza literaria sale de tanta amistad animal!... lógico el temor que tiene Susana a preguntarle a esa gente por qué se le está poniendo triste un cactus.

Y si se me ocurriera defender los toros, que lo hago, ¿me investirán de asesino, torturador, ancestral, idiota, absurdo o soplagaitas?, porque también van en su paquete estos piropos.

En fin, revestido de esta guisa me persono en casa de una miembra protectora de animales (y plantas), pero no hablo con ella por si me ducha en venablos y me dirijo al perro de sus entretelas, su mascota; le pongo el micrófono al canelo y declara: Para perra vida, la que a mí me da esta doña, amigo, que nací para perrear por libre y aquí paso el día encarcelado, reteniendo la orina hasta esferular la vejiga, apercollado con correa los cinco minutos que me sacan a cagar al patio... me da pienso con cagarruta química, me baña y perfuma cada día desprotegiendome la piel y, después, virus y pomadas, estoy tarumba de grititos histéricos si no le hago caso inmediato, me agobia y rompe el sueño con cariños de sofá... ¡yo!, que soñé ser perro lobo, heme aquí de caniche faldero para diversión de un ama caprichosa, fumadora y con complejos... ¿y no es maltrato?...