Vienen federales

Válgame Dios -exclamó una abuela de Castrillo de los Polvazares-, se escaparon los federales del televisor y acabo de verlos por estas calles córpore insepulto... ay, Virgen santísima, que los americanos han confundido Maragatería con Arizona... Son del FBI, buena señora -le aclaró con lengua de trapo un peregrino brasileño que ha visto mucha película y los distingue-, son los federales, los que aparecen siempre con gabardina y gafas negras en todoterrenos despampanantes para robarles el caso al sheriff o a la policía estatal dándoselas de listos (y acaban pifiándola), que por eso Rajoy le mandó una carta al senador John Mc Cain (aquel extremoso candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos que hacía buena pareja de baile con la Sarah Palin), comunicándole que el gobierno español, respaldando a sus cuerpos de seguridad, declina la ayuda de esos dos federales que mandaron a entrometerse en el gran operativo dispuesto para aclarar de una vez la desaparición de Denise Thiem, peregrina que el 5 de abril se volatilizó en Castrillo de los Polvazares... tranquila, señora, que además poco tendrían que hacer esos dos del Buró Federal de Investigación frente a los romerales, robles y olmos de nuestra Policía Nacional, Guardia Civil y Ejército que están peinando toda la zona... ¡a buen sitio han venido a dar!...

La abuela, aún así, frunció el ceño. Lo frunció también un peregrino burgalés que pegó la oreja, asombrado por tantos medios, tropas, vehículos, caballos, perros, policías, equipos, rastreadores... ¡de película!, se dijo, desde la bomba de Palomares no se vio tanto efectivo. Lo curioso es que hayan montado tal despliegue por una sola persona desaparecida. Ya, pero era ciudadana norteamericana y en USA se hace de esto cuestión de estado, que allí alardean de cuidar a sus súbditos en el extranjero, así que llamaron a Rajoy y, aunque le haga un desdén de galería al FBI, todo ese despliegue fue por prurito, sí, pero también porque lo pedía tanto apremio americano. En fin, los federales comprobaron ayer, tras el desenlace fatal, que nuestros romerales no eran tontos... y que Ful les diría «bastante ayuda el que no estorba».