Hacerlo bien

D e eso se trata. Y cuando se quiere se consigue, que no hay nada imposible para quien está dispuesto a ello. Esto quedó demostrado, una vez más, en la mañana del pasado sábado en Pajares de los Oteros.

Miles de leoneses abarrotamos el enorme aparcamiento que habían acondicionado los amantes del vuelo que se unieron para sacar adelante un proyecto de aerodromo que cuatro años después ya es una realidad.

Este grupo de personas, que tienen el denominador común de su amor por el vuelo y los aviones, se propuso sacar adelante este proyecto y hacerlo en el menor tiempo posible, porque de lo que se trata es de disfrutar con su afición. Por eso, aunque en principio pensaron en hacerse con las instalaciones que existen en Chozas de Abajo, al conocer que había problemas que podían dilatarlo se olvidaron de ese enclave y buscaron el de los Oteros, un paraje ideal para el proyecto, no sólo por su orografía sino por estar relativamente alejado de pequeños núcleos de población pero, al mismo tiempo, más cerca de Valladolid y lugares en los que pueden captar socios y aficionados.

Se lo propusieron y lo han sacado adelante, casi sin decir nada. Algo raro en esta época, en la que se anuncian las cosas y se vuelven a anunciar para, finalmente, olvidarse de ellas porque surgen dificultades con las que no se contaba. Enhorabuena a los promotores de este aerodromo que han demostrado una vez más que lo que mejor funciona es lo de dicho y hecho.

Justo al contrario de lo que hacen los mandatarios de las fuerzas de seguridad de nuestra ciudad y provincia, que con tal de colgarse la medalla son capaces de zancadillear al colega. Pretender a estas alturas dar más importancia al 091, al 092, al 112 o a la Guardia Civil (que hoy celebra su fiesta, felicidades) sólo deja claro quien está al mando. Hasta ahora habían coexistido felizmente sin problemas. Pero en los últimos meses parece que los celos profesionales se imponen, ante la estupefacción de los ciudadanos que ven con asombro cómo cada uno dice a quien hay que llamar si surge un contratiempo. Cada uno tiene sus competencias y, por lo que se ve ahora, también sus incompetencias... Por favor, no den este espectáculo pues quien lo necesite marcará el primer teléfono que recuerde, con la esperanza de que las fuerzas de seguridad le ayuden, que es de lo que se trata. Sin personalismos.