Diario de León

EL CORRO

Todo se pega, menos la hermosura

Publicado por
PEDRO VICENTE
León

Creado:

Actualizado:

S i la pasada semana sacaba aquí a colación aquello de «al suelo, que vienen los nuestros», que dicen que dijo Pío Cabanillas durante los convulsos tiempos de UCD, no se me ocurre mejor forma de ilustrar las expectativas que rodean a Ciudadanos que recurriendo a otra frase atribuida al mismo autor: «Hemos ganado, aunque todavía no sabemos quiénes».

Lanzada la cuenta atrás hacia el 20-D, si hay un pronóstico fuera de toda duda es que ningún partido se aproximará ni de lejos a la mayoría absoluta, lo que obligará al acuerdo como mínimo de dos fuerzas políticas para formar una mayoría de gobierno. Partiendo de la base de que PP y PSOE volverán a ser los partidos más votados y, descartada una «gran coalición» entre ambos, está claro que la llave de gobierno estará en manos de una tercera fuerza que constituya con uno de aquellos esa mayoría suficiente para gobernar. Tras su espaldarazo en las pasadas elecciones catalanas, Ciudadanos ya es según todos los sondeos la tercera fuerza política en intención de voto. Pero además de eso, y a diferencia de Podemos, ocupa una posición de centralidad programática, de suerte que puede vestir un acuerdo de gobierno indistintamente con el PP y el PSOE.

Así las cosas, la trasposición de la sarcástica proclamación de Cabanillas sería que, gane Mariano Rajoy o lo haga Pedro Sánchez, Albert Rivera va a tener la sartén por el mango, y ya veremos si no el mango también. La pregunta del millón de aquí al 20 de diciembre será la de con quien prefiere pactar Ciudadanos, una opción que lógicamente Rivera no va a desvelar ni bajo tortura, ya que ello le reportaría el automático abandono de un sector de su potencial electorado. Ello con independencia de que habrá que esperar a la noche del 20-D para conocer con exactitud el juego de pactos que permita la aritmética de los resultados.

La exigencia a la que no puede sustraerse ningún partido —y menos aun Ciudadanos, que tiene por bandera la «regeneración democrática»— es la de formular con la máxima claridad sus propuestas y compromisos programáticos, amén de garantizar un mínimo rigor en su posterior cumplimiento. Y a este respecto no puede decirse que venga dando el mejor ejemplo en Castilla y León. Ni en el ámbito autonómico, en el que sus dirigentes son los primeros en incumplir los principios que proclaman en materia de regeneración y transparencia, ni en el municipal, donde resulta todo menos riguroso oponerse de antemano a unos Presupuestos que ni siquiera existen, tal como ha ocurrido en León y otros ayuntamientos gobernados por el PP gracias precisamente a Ciudadanos. Como todo se pega menos la hermosura, a ver si va a resultar que se han contagiado ya de los resabios y la prepotencia de los «viejos partidos»…

tracking