Otoño cultural

E l pan de la realidad certifica la llegada del otoño, esa dorada y hermosa época que invita al recogimiento físico e intelectual. Como ocurre cada año, en la Biblioteca Regional se cotiza al alza el imperio de la cultura gracias a la sabiduría que atesoran sus venerables muros, siempre dispuestos a acoger a cuantas voces y presentaciones bibliográficas lleven la impronta de la identidad leonesa. Desde el mes de septiembre hemos paladeado la poesía amorosa de Antonio García Calvo o la campestre de Fran Alegre; conocimos la peripecia de la emigración a tierras americanas por los textos libertarios de Antonio Estévez o paladeamos la pequeña historia local de pueblecitos como Farballes, contada por Ezequiel Pellitero. Siempre mirando a lo nuestro, ahí tenemos la Historia de León y de Castilla llevada al comic por Joaquín Cuevas, o la incursión en la literatura más grande representada por el Reino de Celama. Y es que vivir, es hacer memoria.

El próximo jueves pasaremos por la Regional mi compinche Pepín Muñiz y un servidor para presentar el libro Los leoneses que financiaron a Franco, todo un catálogo de evidencias y datos documentales firmado por Javier Fernández-Llamazares. La verdad siempre es un instrumento de subversión, y por ello el incuestionable magisterio del autor, su sabiduría enciclopédica acerca de la Guerra Civil, se hace patente en el retrato de aquel León en color sepia de 1936 y el abominable sistema recaudatorio puesto en marcha por la reacción alzada en armas contra el gobierno legítimo de la República. Los clarines de Franco fueron una suerte de trompetas de Jericó que arruinaron las vidas de los desafectos y de otras muchas familias que hubieron de pasar por taquilla para engrasar la maquinaria militar de los sublevados. Nada personal, solo negocios, que decía el buenazo de don Vito Corleone.