Diosmío, diosmío

Pintan bastos en la partida que jugará la raza humana en un futuro inmediato sobre el tapete de las tecnologías.

Edy Willems, uno de los evangelistas de la seguridad digital, asegura que los seres humanos podríamos ser atacados por virus informáticos... ostrás, lo que faltaba... ¿quiere decir que de igual forma que la tecnología e internet ayudarán infinito a la medicina, también tendrán fisuras por las que puede colarse el error, el daño o el terror?... ¿no puede hackearse ya hasta un coche y, si es chulo o caro, aún más?... cualquier pirata informático puede entrar hoy en el sistema que gobierna los automóviles, hacerle putadas, desactivarle funciones, bloquearle... y zas, vas y te esmorrias... para Willems eso confirma que el virus digital afecta ya a la salud; y mañana, más, porque el hombre tendrá monitorizado su cuerpo y secuencias sanitarias... y un día entra ahí un cabrón o se enajena la máquina y te modifica el tratamiento que tomabas... o te añade un diagnóstico falso... ¿y de qué moriste?... de un fallo mínimo y colateral del que dentro de nada será un perfecto sistema nervioso planetario... todo conectado a internet... funcionaremos con cierto automatismo cerebral.... y añade Willems que en el año 2020, en nada, la cifra de aparatos conectados a la red superará los 200.000 mil millones (teniendo en cuenta que somos 6.000 millones en el planeta, ¿tocamos a treinta aparatos por barba?; y considerando que más de medio planeta seguirá siendo pobre o mísero, ¿tocaremos a sesenta?).

Diosmío, diosmío.

La vida nos automatiza y lo terrible nos es ya muy evidente: «estar conectado es estar controlado»... y mañana, el doble... y al poco, del todo... algunos se rebelarán y no querrán ni un móvil... ¿sí?... pues «si estás desconectado, estás muerto», les dictará el sistema.

Y se irán muriendo.

Hay sombras en la tecnología de ese futuro inmediato; y hay bastos, pintan guerras, la del gasoil, la del botijo; y los amos del sistema nervioso planetario lo tendrán cada vez más fácil, a tan sólo un click... la muerte y la vida van en el mismo ratón digital... click... click... ¿y dónde está nuestro gato?...