Merry christmas, baby

Dado que suelo dedicar mis días a valores tan solventes como la soledad y la oración, confieso que soy más bien refractario a la fanfarria navideña y la consiguiente apoteosis del polvorón. Puestos a decir la verdad, me importa un pito que los pastores vayan a Belén o que los peces beban en el río. Es más, me gustaría propinar unos azotes a Justino el muñegote de la lotería y estoy a un paso de denunciar en la Convención de Ginebra los estultos programas de villancicos que cada año se monta Raphael. Tampoco me dice demasiado la orgía de consumo consustancial a la celebración, ya que te suelen regalar unas sofisticadas colonias de peruco que te doblan el ánimo. Pero en fin, persiguiendo la armonía de criterios y afinidad de propósitos, también tengo mis rituales de Navidad. Uno de ellos, chispeante por demás, es visionar la versión del Merry Christmas, baby que hacen en youtube el gran Rod Stewart y el no menos grande Cee Lo Green.

Y otro, más nostálgico y nutritivo, es confraternizar en la cena que reúne a los que fuimos alumnos del Colegio Leonés, que nos estamos volviendo más antiguos que las camisetas de canesú. Tutelada como en los viejos tiempos por el profesor Alfonso García, bien conocido en este periódico, la timba fue organizada como siempre por Ángel y Luis Chamorro, que por cierto y debido a la ingesta masiva de vinos espumosos sufrió en directo una completa regeneración moral, abjurando de su perverso forofismo barcelonista y marchando a eso de las dos de la mañana para hacer cola en el colegio electoral y votar a Rajoy, al que decía reconocer como el líder social más solvente desde la época de Fofó. La cena, para qué vamos a engañarnos, no fue precisamente una oda a la sobriedad. A mi lado se sentó Josines Mesonero, que dejando de la lado su habitual espíritu civilizado a base de copazos de tostadillo miraba como a un regalo al despampanante mujerío que pululaba por la sala. Y entonces comentó en tono de profeta bíblico: «Señor, si nos has quitado las fuerzas, quítanos también las intenciones». Bendita Navidad, baby.