Diario de León
Publicado por
LA GAVETA CÉSAR GAVELA
León

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E l Bierzo, como todo territorio, aspira al crecimiento. Igual que un comerciante quiere ampliar su negocio o un campesino agrandar su parcela, ha querido desde siempre ir más lejos. Sobre todo desde que se creó el Consejo Comarcal, institución cuyo 25 aniversario celebramos en estos días y que pese a sus escasas competencias, tiene grandes sueños. El Consejo es el órgano ejecutivo de ese anhelo transgresor de los bercianos; respetuosamente transgresor, cabría decir.

Un anhelo que ya ha obtenido sus logros geográficos. Pensemos en Benuza. Se trata de un ayuntamiento cabreirés, pero una tenaz labor de zapa ha conseguido que ahora sea, también, berciano. Como si nuestra provincia perteneciera, a la vez, a Castilla y León y a Asturias. Lo que sería un suceso administrativo único en el mundo. O casi. Porque ya existiría el previo caso de Benuza, el bravo municipio occidental.

El otro gran éxito del Consejo ha sido integrar en la comarca al boscoso Ayuntamiento de Palacios, históricamente conocido como Rivas del Sil, territorio fronterizo entre Laciana y el Bierzo pero que ha terminado dando su favor a los bercianos. Dos ayuntamientos, pues, ha logrado seducir el Consejo y ahora cabe elucubrar sobre sus posibles y futuras incorporaciones. Una de ella parece cantada, y es la que afecta al ayuntamiento rural, remoto y casi despoblado de Castrillo de Cabrera, que no parece tener muchas posibilidades de mejora tal y como está ahora, aislado entre mitos y montañas, pizarreras y escombros. No parece, por contra, que el Bierzo pueda integrar a los otros términos cabreireses, Encinedo y Truchas, que giran hacia las tierras asturicenses y bañezanas.

La otra opción resulta más compleja y se llama Villablino. Porque bercianos y lacianiegos forman mundos diferentes —si es verdad lo que dicen los sociólogos— y aunque las aguas del Sil favorecerían la suma de Laciana a la corte ponferradina, nadie se imagina eso. Laciana nunca será la Crimea del Bierzo. En cuanto a una posible expansión del Consejo hacia el este, queda la duda del complejo ayuntamiento de Villagatón, tierra cepedana y minera. Pero tampoco parece que se vaya a unir al Bierzo en un futuro razonable.

Existe, sin embargo, una comarca, no solo un municipio, que es muy afín al Bierzo; tanto que ya conformó con él una efímera provincia en el siglo XIX. Se trata de Valdeorras, obviamente; la tierra, de todo el orbe, más parecida al Bierzo. Ahora bien, ahí el Consejo tiene el insalvable obstáculo del cambio de provincia y de autonomía, aunque no de diócesis, curiosamente. Pero, con todo, qué bueno sería que bercianos y valdeorreses tuvieran algún tipo de institución común, convenio o algo parecido que nos ayudara a unos y otros a mejorar ofertas y alegrías, ríos y montes, encantos y palabras. Con el padre Sil como aglutinador invencible.

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