Diario de León
Publicado por
JAVIER TOMÉ
León

Creado:

Actualizado:

Debo confesar que debo el exquisito término que encabeza estas líneas a mi colega Javi Taboada, sin duda el último plyn-boy que se pasea por las calles leonesas con su porte principesco, bronceado como si le acabaran de sacar del horno y al volante de un llamativo descapotable, llevando siempre al brazo una recua de macizas. Aunque, según rumores bien informados, su próximo objetivo amoroso se localiza en las exóticas Filipinas, ya que anda camanduleando con una bellísima señorita de aquellas latitudes. Pues bien, cuando narra sus andanzas erótico-festivas suele decir: «¡Vaya gazapina montamos anoche!». Esa misma sensación de tremolina y vacileo caracteriza ahora mismo al confuso panorama político, una vez sellada en las urnas la batalla electoral. Penoso calvario de decibelios y mala uva para los que apreciamos la tranquilidad y la estabilidad, pues nos encontramos inermes ante el bullicio y la algazara que montan las primeras inteligencias estratégicas del país. No me tengo por polimocho, como algunos de Podemos, pero cada vez soy más consciente de que la principal misión de los políticos no es el bien común, sino más bien entretener a la que consideran turba garrula.

Tras el recuento de votos sabemos que las opiniones del pueblo respecto a la clase política, esa que se levanta cada día con la intención de cambiar el mundo, está muy dividida al respecto: unos se acuerdan de su padre y otros de su madre. Y si el rojerío abomina de Marianico Pamplinas, tal como han motejado al presidente del Gobierno, otros respaldan en las urnas sus varoniles arrestos y hasta la celebrada ocurrencia de su ministro del Interior, imponiendo la Medalla al Mérito Policial a la Virgen del Amor. De cara al futuro, tamaña hoguera de vanidades exige un acuerdo de pacto y concordia, pues no se puede seguir alimentando semejante teatro del absurdo. Algo que habrá en lo que convergan, supongo, y hasta se han puesto a negociar bajo la premisa de «los niños y los perros, a la puerta de la cabaña». No parece mal inicio para un futuro de concordia y buen rollo institucional.

tracking