Diario de León
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FUERA DE JUEGO. CARLOS FRÁ
León

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El Diario de ayer tenía algo de capicúa. Los muchos lectores que empiezan por las páginas finales se encontraron con un nuevo dinosaurio de la ‘factoría Casado’. Y quienes se fueron a la noticia más destacada se encontraron con que lo del minicuento más famoso del mundo era cierto una vez más: José Blanco presidía la mesa del decisivo Comité Federal del PSOE.

Descartando que se pretendiese echar un poco más de gasolina al asunto, a uno le recordó aquello de que la política es lo más parecido al viejo arte de los trileros. Mientras todos mirábamos hacia la salida de Óscar López —histórico delfín de Blanco— de la portavocía del Senado se nos colaba la bolita en forma de dinosaurio que seguía allí al abrir los ojos una mañana más. Y algo parecido piensan quienes se han visto sorprendidos porque el giro de timón en el PSOE lo hayan tenido que provocar los de la generación anterior, con Felipe González de nuevo en la bitácora del buque socialista y con Alfonso Guerra, de grumete, pronunciándose para disipar dudas. Nos ofrecen lo nuevo, una lideresa andaluza generada por la ‘desconocida’ factoría Chaves/Griñán, y la sensación de sabor revenido, de recauchutado perpetuo y de trilerismo que se hace evidente en las ventanas de Ferraz, donde el juego de las sillas sigue siendo estéril porque al final pase lo que pase aparecen los mismos. O sea, como en el PP. Y habrá que dar tiempo a los nuevos...

Demasiados intereses como para dejar que entren otros aires. El aparato es más férreo que el de Corea del Norte. Pugnas de secundarios por ver quién sirve mejor a los que en el sancta sanctorum tendrán la última palabra. Pura batalla de supervivencia sin que nadie pase reválidas, esas que pelean esta semana con la investidura por acaparar protagonismo.

Terrible contradicción entre quienes pugnan por una enseñanza en igualdad pero no quieren un mismo rasero. Las plazas en los títulos más demandados las acaparan estudiantes de autonomías —de nuevo hay que mirar al sur— donde la selectividad es más barata. Otras, donde hay seriedad, penalizan a sus jóvenes examinándolos con rigor. ¿Por qué no un examen único que evite privilegios y nivele las notas infladas en determinados centros? ¿No es eso justo?

Pero en León nada podrá estos días con lo que algunos ven como instintos de dinosaurio. Ya se sabe que en política, fútbol es fútbol.

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