Y lo demás es tontería

A don Mariano hay quien no le ha entendido eso suyo en el Congreso de «Y cuanto peor para todos, mejor. Mejor para mí el suyo beneficio político». Este columnista lo entendió a la primera. Quiso decir lo que quiso decir. Franz I. Luntz, el famoso publicista y asesor político estadounidense, fue el acuñador de la máxima «Lo importante no es lo que dices sino lo que la gente entiende». ¿Entendió Pablo Iglesias lo que le dijo don Mariano? El líder de Podemos puso cara de «¡pero qué me estás contando, pero qué invento es este!», señal inequívoca de que si no había captado la forma sí había cazado el meollo. La suya fue, pues, una falsa perplejidad. Ah, la oratoria política. Ah, este calor que deja el lenguaje como los relojes blandos de Dalí. Ah, quién tuviese un paipai. Que a la frasecita de don Mariano le falta o le sobra algo es indudable, pero tampoco hay que organizar una comisión de investigación para descifrarla. En oratoria política todo viene a significar «¡Y lo que te rondaré, morena!». Lo demás es verborrea sobrante. Además, según un catedrático amigo mío, a partir de media hora hablándole a un grupo ya puedes bailar la danza de los siete velos que les dará igual. Sus cuerpos seguirán ahí sentados pero la atención se les estará echando una siesta. Cuando Rajoy pensó la parrafada de marras ésta tenía todos los sujetos, verbos y complementos en su sitio. Pero el calor derrite lo inteligible hasta convertirlo en horchata. Y a él se le fueron derritiendo por el camino a la tribuna unos adjetivos por aquí, unas preposiciones por allá. Nada que no se pueda solucionar con una neverita portátil. Lástima que ya no se estile el botijo parlamentario, como en el siglo XIX. A Sagasta le sacó de muchos aprietos.

Y tan malo es que no se te haya entendido nada como en demasía. A Puigdemont le entendemos hasta quienes no hablamos catalán en la intimidad. Ya nos gustaría no entenderle tanto, pero como en la canción: «no debería de entenderte/ no debería de entenderte/ y sin embargo, te entiendo».

El calor y la calor tuvieron la culpa. Con eso de «Y cuanto peor para todos, mejor. Mejor para mí el suyo beneficio político», quiso decir lo que dijo. Y lo demás es tontería. Blanco y en tetrabrik.