Rancias ideologías

Podemos tiene un problema para jugar a la democracia parlamentaria, es decir, para participar en hipotéticos pactos con el centro izquierda socialista: la existencia del sector anticapitalista, una de cuyas más adelantadas representantes es Teresa Rodríguez, la lideresa de Unidos Podemos en Andalucía. «Soy contraria a entrar en gobiernos con el PSOE porque no se nos olvida que no cumplieron las tareas de la autonomía, la reconversión industrial, las reformas laborales, la ley Corcuera, el GAL, la Otan y tampoco la corrupción», afirma. El PSOE, como UCD, la otra formación que gobernó en este país tras la dictadura, cometió, qué duda cabe, algunos errores. Pero criticar a estas alturas «la reconversión industrial» resulta chusco. Aquella reconversión, tan dolorosa, cerró las anticuadas siderurgias de Bilbao, Asturias y Sagunto para adaptar la gran industria a las nuevas tendencias mundiales, afrontó la irrecuperable vejez de unos astilleros públicos en bancarrota en Ferrol, Cartagena y Cádiz. ¿Qué había que haber hecho? ¿Preservar aquellas antiguallas cubriendo eternamente sus déficit absurdos?