El Watusi

Parece cosa de novela, y realmente lo es, pues envuelve en magia nuestras pobres existencias saturadas de clichés, espantos y lugares comunes. Me refiero al Día del Watusi, acontecimiento lúdico, gastronómico y musical inspirado en la colosal novela de Francisco Casavella. Una obra que narra la otra cara de la ahora denostada transición, aquella época gloriosa y hechicera convertida actualmente en el burro de todos los palos ideológicos. El relato de Casavella, estructurado a la manera del Ulises de Joyce, se desarrolla en una única jornada, el 15 de agosto de 1971, trastornada por la luz mediterránea de Barcelona. El inspirado retrato de un tiempo frenético ha adquirido con el tiempo la aureola de auténtico mito, inspirando una fiesta popular que ya va por su tercera edición y que ha conseguido, a golpe de inspiración y tenacidad, traspasar las fronteras de nuestro León. Así que el pasado y festivo martes se vio animado por una suerte de verbena serratiana en toda regla, con cohetes, banderines, comida y bebida, música a granel… Todo ello en un lúdico escenario ubicado en el delicioso Mirador 8 de la ribera del Bernesga, en pleno y señorial Paseo de la Condesa.

Un festejo organizado por Yago Belmondo, poeta, domador y malabarista de la escena cultural leonesa, con la ayuda de la tienda Amor Verdadero Quesos y Vinos —con Miguel y la despampanante Susi a los mandos de tan deliciosa propuesta— y también de León Centro Gótico. El ritmo pausado de mi barrio se vio sacudido por una iniciativa en la que importa tanto la letra como el compás, un acto de libertinaje creativo que evidencia la imperiosa necesidad de hilar ficciones tan contundentes y salvajes con los materiales comunes del devenir diario. El propósito fundamental de la celebración, que concluyó con la conga multitudinaria y la rotura de una piñata de asombroso tamaño y diseño, es insuflar una dosis de alegría en una ciudad entumecida por los calores y la abulia agosteña. Ese subidón emocional que te permite volver a casa con una sonrisa al haber disfrutado, una vez más, del mejor día de nuestras vidas.

xto