Diario de León
Publicado por
JAVIER TOMÉ
León

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No quiero molestarles con pequeñeces, pero si no se ha producido una componenda de última hora en la sopa de pactos, simulaciones y claudicaciones, hoy toca que Cataluña vote en versión Disney sobre la ruptura con un país, la España de siempre, capaz de procurar a aquellas buenas gentes todas las desventuras universales. Así que si alguno de ustedes quiere rezar, ahora es el momento. Aunque es posible que el roscón traiga alguna sorpresa inesperada, hace mucho tiempo que la alegre muchachada catalana lleva agitando la coctelera anímica, impulsada con las artimañas más cutres por profetas del independentismo como Fofito Junqueras o Puigdemont, más conocido en las barricadas con el apodo de «el temible Pelos» debido a su lengua bífida y picarona. No he seguido el tema en profundidad, se lo juro por la sacrosanta ceja de Frida Khalo, pero en cualquier caso voy a dejarme de frases atildadas y palabras satíricas porque los sueños de unos suelen ser la pesadilla de otros, una verdad sociológica incuestionable.

Obviando que más vale una paz estable y relativa que una guerra mal ganada, el bando insurgente ha seguido un protocolo de feos y provocaciones que no se ha visto desde los tiempos comanches, provocando un revoltijo de caos y desgobierno que ha ensanchado, irremediablemente, el margen de diferencias irreconciliables entre los Hunos y los Hotros, por decirlo a la fina manera de Pablo Iglesias, otro perejil de todas las salsas al que hace tiempo se le vio el mandil. En un intento de atajar la deriva sediciosa, la justicia aplicó la Gandula a algunos de los cabecillas zascandiles, con el consiguiente escándalo de los que vulneran a diario todas las leyes habidas y por haber, mientras que otros dirigen sus esfuerzos patrióticos a elegir un himno potable para la futura República Catalana entre las rumbitas dedicadas por el inefable Peret a las buenas gentes de a pie. En fin, puesto que decir es gratis, yo votaría que sí en el referéndum que nos proponga algo tan atinado y recomendable como Liberté, Egalité y Beyoncé. Palabras hechiceras y mayores, oiga.

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