Calidad y cantidad

El equipo de la nueva ministra de Trabajo compareció para informar de los datos de empleo de junio, confirmar que hemos llegado a los 19 millones de ocupados y lanzar una evidencia: una vez remontada la crisis económica y mitigados sus efectos más perturbadores, la cuestión del empleo requiere no sólo preocupación cuantitativa sino también cualitativa. No se puede seguir mirando hacia otro lado ante la evidencia de que el empleo que se crea es muy mayoritariamente de pésima calidad, en parte a causa de una normativa laboral de excepción que produjo la pérdida de la mayoría de los derechos laborales, algunos de ellos históricos e irrenunciables. Uno de los grandes objetivos que debe fijarse el Gobierno es la reducción de la temporalidad, cuyo abuso incrementa gravemente la precariedad laboral; el otro, el de la recuperación del derecho de negociación colectiva. Estas medidas, unidas a una elevación de la participación de las rentas salariales en el PIB, mercarán la vía de la normalización de un país que, con el pretexto de la crisis, alcanzó cotas inaceptables de inequidad.