EDITORIAL | Avance clave para que el vino de León gane mercados y combata errores

El reto histórico de conseguir un vino de la Denominación de Origen León ya es un hecho. La cosecha de la reciente vendimia podrá emplear ese nombre en sus botellas al eliminar lo de ‘Tierra de’ que generaba equívocos en los consumidores. Usar la palabra León coloca a la DO en un nivel equiparable al resto de las comarcas vitivinícolas de España, y supone un salto de calidad que tendrá efectos beneficios en la distribución, el prestigio y la mejor identificación entre los ciudadanos.

Los profesionales de la DO saben perfectamente de los problemas que generaba la ya vieja marca que era confundida con los vinos de la tierra de Castilla y León o combatida por los vinos de mesa. La penúltima cosecha, que dejó pocas existencias en las bodegas leonesas, incentivó aún más si cabe las fórmulas de equívoco, cuando no de fraude abierto, que deben evitarse porque si hay algo claro en el mundo de los vinos es que el prestigio es la herramienta fundamental con la que trabajar.

La Denominación de Origen León permitirá también aprovechar más si cabe las sinergias que se derivan de campañas como las de Productos de León y de todo el escaparate de calidad que se genera desde la provincia, con años de esfuerzo para que todo lo derivado de la agroindustria sea valorado como se merece.