Diario de León

TRIBUNA

La Fiesta de San Martín

Publicado por
Máximo CAYÓN DIÉGUEZ Cronista Oficial de la ciudad de León
León

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E l popular y típico barrio de San Martín celebra la fiesta de su santo patrono el día 11 de este dichoso mes de noviembre que, de acuerdo con la paremiología, comienza por Todos los Santos, cuando sacan la capa los mozos, y finaliza con San Andrés, cuando con ella se embozan hasta los ojos.

En el barrio de San Martín, sus arterias urbanas, algunas de las cuales confluyen en las plazas Mayor y de las Tiendas, que son como dos oasis en medio de un dédalo de calles estrechas y evocadoras, nos hablan de lances históricos revestidos con la dalmática de la leyenda, como acontece con la calle de Matasiete, de gremios y de artesanías, como revelan las calles de Azabachería o de Platerías, y, por supuesto, de la comunidad hebrea que habitó aquí. Recuérdese que la actual calle de Santa Cruz se llamó de la Judería.

En pretéritos tiempos, la fiesta de San Martín, signada por el costumbrismo y el entusiasmo de los mozos que la organizaban, ponía colofón al ciclo anual de las festividades parroquiales en nuestra capital. Popularidad y casticismo se convertían en dos señas de identidad que distinguían a este enclave urbano dedicado al Santo Tours, que, generosamente, partió su capa con el mendigo que encontró al borde del camino, una actitud aleccionadora que en estos días nuestros invita a reflexionar acerca de la caridad, en palabras de Pablo de Tarso, el Apóstol de los Gentiles, (1, Corintios, 13), «la más excelente» de las tres virtudes teologales.

Martín, hijo de un tribuno militar romano, con apenas quince años se incorporó a las legiones imperiales. Según se cuenta corría el año 330 de nuestra Era. Siete años después, a las puertas de Amiens se topó con un pobre semidesnudo, aterido de frío, y compartió su capa con él. Tal como la tradición nos lo ha transmitido, por la noche Cristo se apareció a Martín agradeciéndole su acción impregnada de misericordia. Éste, a la mañana siguiente, abandonó la milicia, abrazó la fe cristiana y fue bautizado. Terminó sus días siendo obispo de Tours. Murió el año 397. Según el Tudense, Santo Martino de León, allá por el siglo XII, a su regreso de los Santos Lugares se desplazó a Tours para postrarse ante el cuerpo del caritativo legionario.

San Martín tiene iconografía en el exterior y el interior del actual templo parroquial. Fuera, en la portada de la puerta norte, una cerámica, inaugurada el 11 de noviembre de 1980, representa al santo patrono a caballo. Vino a sustituir a una pintura desaparecida. La representación pictórica escenificaba el bondadoso acto. Su valor artístico era muy escaso, y, sin embargo, de un enorme valor sentimental. Dentro, en un altar del lado del evangelio, nos encontramos con una talla de San Martín, obra del siglo XVI, que ha sido atribuida a Gamallo, escultor zamorano. Otra imagen de San Martín, a caballo, cortando la capa para entregársela a un pobre, obra del escultor José Luis de las Cuevas Pérez, sobrino de Vela Zanetti, datada en 2015, completa la representación iconográfica del santo de Tours en la citada iglesia.

La primitiva iglesia de San Martín se denominaba San Martín del Mercado. Existente ya en 1029, contiguo a su fábrica se consolidó el ‘Mercado de Rege’, denominado así en un documento de 1032. La actual plaza Mayor de León es muy posterior. Data de la segunda mitad del siglo XVII. Construida a raíz del incendio acontecido aquí el 14 de febrero de 1654, se financió con un arbitrio de 40 maravedíes en cántaro de vino, otorgado, por un período de cuatro años, por Felipe IV en 1657. Sus tracistas fueron el P. Antonio Ambrosio, jesuita, y Francisco del Piñal. Sustituto de la Casa de las Panaderías, edificio que primitivamente alcanzaba incluso la entrada de la calle de Santa Cruz, «El Mirador de la Ciudad», popularmente conocido como «El Consistorio Viejo», palacete de funciones protocolarias, se culminó en 1677, siendo corregidor Juan de Feloaga Ponce de León.

Escenografía secular de acontecimientos históricos y sociales, políticos, mercantiles y económicos, lúdicos y religiosos, y, también, coso taurino y lugar de ejecuciones, por acuerdo de la municipalidad legionense, la Plaza Mayor es, desde octubre de 1666, escenario del mercado de los miércoles, reglamentado por Alfonso V el Noble, el rey de los «Buenos Fueros», tal como consta en su epitafio en el Panteón de Reyes de San Isidoro, en el artículo 46 del Fuero de León de 1017, y del mercado de los sábados, concedido por Enrique IV, monarca este último que en 1466 aprobó la existencia de dos ferias francas en nuestra ciudad. Una, en junio, por San Juan, donde algunos autores sitúan los orígenes de las fiestas que celebramos en nuestros días. Y, otra, por la festividad de Todos los Santos.

Cada 11 de noviembre, el barrio de San Martín se viste y reviste con sus galas festivas, cuyos rasgos más visibles tienen testimonio principal en los actos litúrgicos y en una procesión con la imagen del Santo de Tours por las calles de la popular barriada leonesa, una zona que acoge en su perímetro el famoso «Barrio Húmedo», punto de encuentro y convivencia donde el ocio y la diversión mantienen un intenso maridaje y la tradición y el imaginario colectivo legionense un arraigo tan preciso como concreto.

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