Diario de León
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crónicas bercianas manuel félix
León

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El Bierzo está tocado y quiere levantarse de una puñetera vez. Llevamos cayendo en el agujero lentamente desde el 2007. Nos acaban de cerrar las minas, la central térmica de Anllares está desconectada y para la de Cubillos ya hay alguien con el dedo en el botón de apagado. Ponferrada va camino de pueblo. Durante este tiempo nos hemos dedicado a echarnos la culpa unos a otros. Y poco más. Parece que nos encanta regodearnos en las miserias, en el pesimismo, y no buscamos soluciones. Sólo culpables, y a veces, somos nosotros mismos. La acción política, la social, la periodística, no ha sido efectiva. No nos hacen ni caso. Eso, ya lo sabemos. Pero no nos queda otra que espabilar. Nadie tiene la solución en la mano, y todos la tenemos.

Ayer salieron a las calles de Ponferrada muchas personas. Hacía frío, llovía. Yo estaba en la cama, y la verdad, no me apetecía nada levantarme para ir a una manifestación. Pero fui, y confieso que sentí emoción al ver que había gente de todos los colores y condición. Allí estaba hasta el bebé de mis amigos, con sus padres y abuelos: ni más ni menos que el futuro de esta comarca.

No miento si digo que he cubierto cientos de protestas y comprobé que, muchas, no sirven para nada. Pero esta fue diferente y si no levantamos la voz, nos cierran hasta la boca. Aquí estaban todos los escenarios sociales: los de derechas, los de izquierdas, los del todo y la nada, los obreros, los empresarios, los curas, … hasta los que incrédulos. Y había que estar.

Todo el mundo se enorgullece del potencial de esta tierra y si las gentes que la habitan quieren, a esto no le queda otra que salir bien. Siempre estamos a tiempo, en presente y en futuro. Dejemos de llorar. Eso sí, necesitamos que nos echen una mano. Gobierne quien gobierne, el Bierzo necesita ayuda, y la gente que salió a la calle a pasar frío, no iba por sufrir. Fue porque cree en el Bierzo. Y no es una frase hecha. Esta comarca mantiene a algún gandul. Pero la mayoría de los que vivimos en este Bierzo —bello y generoso— sabe que saldremos adelante si estamos unidos, dejamos de quejarnos y damos la nota más alta cuando nos aprietan por donde más nos duele: Por el bolsillo y el sentimiento. No hay pueblo que no salga del marasmo si se autodiagnostica, busca la solución y trabaja por ella. Así de sencillo, así de complicado.

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