Diario de León
León

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Los restos de Franco no son él, ni siquiera son el franquismo. Entonces, ¿qué son? Algo que una vez fue alguien. Los huesos de un dictador no son el dictador, ni siquiera su dictadura. El respeto que merecen refleja nuestra superioridad moral. Por mi parte, nada que objetar a la reconversión del Valle de los Caídos en un espacio diferente al actual. Tampoco, a la exhumación, si se hace con el debido respeto. ¿Respeto con quien no lo tuvo?, se me podrá objetar. Exacto, piedad con quien no la tuvo. Una bella ocasión para ser magnánimos. Una bella ocasión para el bien. El 28 de abril de 1945, Mussolini y su amante Clara Petacci fueron capturados y fusilados por la resistencia comunista italiana. Una vez muertos se les expuso en la Plaza de Loreto ,en Milán, donde fueron ultrajados por la muchedumbre. Luego, se colgó los cadáveres en la marquesina de una gasolinera, donde siguieron los ultrajes. Mussolini era un dictador y un monstruo, pero su cadáver ya no era él. Aquella turba no era mejor que él, pese a que en aquel lugar un año antes hubiesen sido ejecutados 15 partisanos. La masa nunca es pueblo. En cambio, en 1938, Azaña había pronunciado un discurso que desde hace mucho está considerado a la altura de los mejores de Churchill, en el que pedía «paz, piedad y perdón». En sus primeros párrafos proclamaba: «A pesar de todo lo que se hace para destruirla, España subsiste». Cabe preguntarnos, en este enero de 2019: ¿Subsistiremos nosotros sin esas tres pes? Lo dudo.

La gran política no crea problemas, los resuelve. ¿Es una prioridad la exhumación de los restos de Franco? No. Mucho más digno y eficaz me parece contribuir a la recuperación de quienes fueron enterrados en las cunetas o en fosas ocultas. Los restos del dictador no son el dictador, pero los huesos de las víctimas sí son las víctimas. Sutil diferencia, pero evidente.

Según el diccionario de la RAE, la tercera acepción de exhumar es «Sacar a la luz lo olvidado». Franco lo estaba, era ya solo una fecha. No creo que se publiquen al año más de una docena de libros sobre él, si llegan. Son las víctimas quienes merecen nuestra memoria y reparación. Pero Pedro Sánchez no es Azaña. Cree que en la Historia se entra en Falcon.

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