EDITORIAL | Sinrazón en el transporte escolar

Hay cuestiones que son más de sentido común que de economía. O que al menos deben ser negociadas para encontrar una solución, antes de zanjar asuntos especialmente sensibles con un irracional portazo. Que parece ser lo que ha ocurrido con el transporte escolar que realiza la línea entre Riolago de Babia y Villablino para recoger a un grupo de chavales hasta el instituto, ida y vuelta. Hasta ahora el autobús solía entrar hasta los puebl os si los padres no podían recoger a los chicos en los puntos de la carretera donde tiene fijada la parada. Ahora ha comunicado que no hará excepciones, lo que obliga por ejemplo a tres hermanas de entre 14 y 16 años a recorrer más de un kilómetro a pie por una carretera de montaña sin arcén. Al margen de los criterios empresariales que alegue, se impone por parte de las autoridades educativas una solución que pase por lo que se requiera con tal de no dejar a los niños a la intemperie y expuestos a peligros innecesarios. Con estas decisiones es difícil fijar la población en los pueblos.