Diario de León
Publicado por
León

Creado:

Actualizado:

l bipartidismo imperfecto ha funcionado en términos sustancialmente correctos durante los casi cuarenta años de funcionamiento del sistema. Pero el cambio de modelo, debido básicamente al fracaso de los partidos tradicionales en la gestión de la grave crisis 2008-2014, ha sumido al país en serios problemas de gobernabilidad, que de momento no parecen remitir. Los politólogos afirman que el modelo del sistema de partidos, vinculado a la ley electoral, no es decisivo para la gobernabilidad ni para la calidad del sistema. Empíricamente, estamos viendo que el bipartidismo basado en un sistema electoral mayoritario con distritos unipersonales está arrojando resultados catastróficos en el mundo anglosajón, al haber entronizado al mismo tiempo a Donald Trump y a Boris Johnson, dos histriones radicales que apenas representan a sectores singulares de sus propias organizaciones. Obviamente, ese mismo modelo dio en el pasado frutos magníficos, lo que sugiere que los fracasos son más imputables a las personas que en cada caso adquieren los roles directivos que a las organizaciones y a las reglas de juego.

En el caso español, la crisis de 2016, que fracturó al PSOE y obligó a repetir las elecciones, se pudo atribuir a una conjunción extraña de resultados que impidió la decantación de una mayoría una vez que Podemos se negó a cooperar indirectamente con Ciudadanos. Pero en la actualidad, las cuentas son diáfanas, la suma de partidos contiguos en el hemisferio izquierdo es más que suficiente para obtener una investidura. Y sin embargo, falla la voluntad de habilitar una fórmula, bien sea de coalición o de pacto de legislatura (hay donde escoger en los 19 de los 28 gobiernos de la UE que tienen modelos complejos). No ha faltado quien ha sugerido un cambio constitucional para facilitar la investidura, pero ¿para qué serviría un presidente investido si no dispusiera de los apoyos suficientes para gobernar? La solución a nuestra crisis, que es en realidad una incapacidad generalizada que afecta a toda la clase política, pasa por un cambio de actitud en las personas, no por las reformas del modelo. La dificultad para compartir el poder es de una extraordinaria puerilidad, que probablemente la clase intelectual debería criticar con toda la panoplia argumental disponible para que no nos sigamos ahogando en este minúsculo vaso de agua.

tracking