Diario de León

La fiesta del PSOE Hospital de San Juan de Dios La fiesta del PSOE Hospital de San Juan de Dios

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Lo que más ha impactado a los asistentes a la fiesta anual del Partido Socialista Obrero Español, de la provincia de León, fue la parada realizada en Piedrafita de Babia, donde se comprobó el momento y estado de las obras que se efectúan para la localización de cadáveres en la fosa común existente en dicha localidad, con objeto de recuperar los residuos de las personas que fueron fusiladas en noviembre de 1937. Para las personas que han conocido los sufrimientos, los padecimientos originados por la guerra y la posguerra civil, en España; para los que presenciaron las terribles palizas y masacres realizadas en muchos lugares; para los que vivieron las épocas de los miles de paseados y fusilados por los pueblos, el momento actual les llama a la recapacitación, a la equidad resolutiva. Por eso, volviendo al trabajo de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, se demuestra que los voluntarios están localizando los restos de miles de paseados por los pueblos, con el deseo de exhumar a los que fueron fusilados durante aquel periodo de confrontación guerrera y como obra solidariamente humana. (...). Los análisis del ADN nos hacen pensar que después de tantas muertes incontroladas, efectuadas por vulgares asesinos -de cualquier bando-, también estamos implicados en los desgraciados resultados del futuro que se vaticina, de que en el año 2010 el sida dejará 25 millones de huérfanos por causa de tan terrible enfermedad. Lo mismo que ocurre con los miles de niños que mueren diariamente por falta de atenciones sanitarias y alimenticias; muertes que demuestran que los poderes siguen dominando los acontecimientos y que la libertad, la fraternidad, la solidaridad, continúan siendo un «cuento chino», precisamente para los que no sienten ni padecen, el terrible deterioro de los asuntos que originan que la distancia entre los que tienen de todo y los que no tienen nada, sea cada vez mayor... (...). Rafael Pérez Fontano (León). En fechas dolorosamente recientes falleció mi abuelo en el Hospital de San Juan de Dios en nuestra ciudad. Por desgracia, cuando solemos atravesar por un momento tan duro como es la pérdida de un ser amado, nos olvidamos de aquéllos que nos han ayudado en esos instantes terribles, atentos tan sólo a encontrar una pequeña justificación que nos permita descargar nuestra pena. En nuestro caso, el de mi familia y el mío, queremos dar públicamente las gracias al personal de San Juan de Dios, de todo corazón, por ser tan profundamente humanos, por demostrarnos que nunca están solos ni el enfermo ni su familia, que a veces lo necesita más, pues el alma sangra cuando siente que aquél a quien ama se le va para siempre. Aquellos días horribles ninguno de vosotros nos dejó solos. Cada vez que veo, como en una película que pasase a cámara lenta aquellas horas, encuentro la cara amable, cariñosa, de alguna de las enfermeras de la tercera planta, o del personal de la U.V.I., o de administración. Recuerdo los esfuerzos y la implicación personal de los doctores Gloria Álvarez y Luis Miguel Tagarro, y recuerdo muy especialmente los detalles de apoyo, de afecto de Palmira y, sobre todo, del hermano Miguel Pajares, que fue nuestro Ángel de la Guarda durante aquellos terribles momentos, y aún después, porque nos enseñó a encontrar el amor y la misericordia de Dios. Margarita Torres Sevilla-Quiñones (León). Lo que más ha impactado a los asistentes a la fiesta anual del Partido Socialista Obrero Español, de la provincia de León, fue la parada realizada en Piedrafita de Babia, donde se comprobó el momento y estado de las obras que se efectúan para la localización de cadáveres en la fosa común existente en dicha localidad, con objeto de recuperar los residuos de las personas que fueron fusiladas en noviembre de 1937. Para las personas que han conocido los sufrimientos, los padecimientos originados por la guerra y la posguerra civil, en España; para los que presenciaron las terribles palizas y masacres realizadas en muchos lugares; para los que vivieron las épocas de los miles de paseados y fusilados por los pueblos, el momento actual les llama a la recapacitación, a la equidad resolutiva. Por eso, volviendo al trabajo de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica, se demuestra que los voluntarios están localizando los restos de miles de paseados por los pueblos, con el deseo de exhumar a los que fueron fusilados durante aquel periodo de confrontación guerrera y como obra solidariamente humana. (...). Los análisis del ADN nos hacen pensar que después de tantas muertes incontroladas, efectuadas por vulgares asesinos -de cualquier bando-, también estamos implicados en los desgraciados resultados del futuro que se vaticina, de que en el año 2010 el sida dejará 25 millones de huérfanos por causa de tan terrible enfermedad. Lo mismo que ocurre con los miles de niños que mueren diariamente por falta de atenciones sanitarias y alimenticias; muertes que demuestran que los poderes siguen dominando los acontecimientos y que la libertad, la fraternidad, la solidaridad, continúan siendo un «cuento chino», precisamente para los que no sienten ni padecen, el terrible deterioro de los asuntos que originan que la distancia entre los que tienen de todo y los que no tienen nada, sea cada vez mayor... (...). Rafael Pérez Fontano (León). En fechas dolorosamente recientes falleció mi abuelo en el Hospital de San Juan de Dios en nuestra ciudad. Por desgracia, cuando solemos atravesar por un momento tan duro como es la pérdida de un ser amado, nos olvidamos de aquéllos que nos han ayudado en esos instantes terribles, atentos tan sólo a encontrar una pequeña justificación que nos permita descargar nuestra pena. En nuestro caso, el de mi familia y el mío, queremos dar públicamente las gracias al personal de San Juan de Dios, de todo corazón, por ser tan profundamente humanos, por demostrarnos que nunca están solos ni el enfermo ni su familia, que a veces lo necesita más, pues el alma sangra cuando siente que aquél a quien ama se le va para siempre. Aquellos días horribles ninguno de vosotros nos dejó solos. Cada vez que veo, como en una película que pasase a cámara lenta aquellas horas, encuentro la cara amable, cariñosa, de alguna de las enfermeras de la tercera planta, o del personal de la U.V.I., o de administración. Recuerdo los esfuerzos y la implicación personal de los doctores Gloria Álvarez y Luis Miguel Tagarro, y recuerdo muy especialmente los detalles de apoyo, de afecto de Palmira y, sobre todo, del hermano Miguel Pajares, que fue nuestro Ángel de la Guarda durante aquellos terribles momentos, y aún después, porque nos enseñó a encontrar el amor y la misericordia de Dios. Margarita Torres Sevilla-Quiñones (León).

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