Prohibido jugar

El Gran Hermano de Orwell comienza a hacerse realidad en estos tiempos tan alocados. La última gran idea proviene del Gobierno griego. En la cuna de los juegos olímpicos han prohibido todo tipo de juegos en los que intervenga una máquina electrónica. Por poner un ejemplo, dos personas jugando al ajedrez con un programa de ordenador podrían ser sancionados con una multa de entre 5.000 y 75.000 euros y entre un mes y un año de cárcel. Pero esto no acaba aquí, si un niño está jugando a la consola de televisión, a cualquier juego de ordenador en red, o a la Gameboy -una consola en miniatura-, sus padres tendrán que hacerse cargo de la multa. Para colmo, la ley aprobada no sólo sanciona por jugar con medios electrónicos en lugares públicos, cibercafés incluidos, sino incluso en privado. Y tampoco se libran los extranjeros de su cumplimiento. ¿Y ésto? Pues resulta que en Grecia deben tener un considerable problema con las máquinas de juego y las apuestas ilegales por Internet y a sus oportunos próceres de la nación se les ha ocurrido que si prohíben todo tipo de juegos acabarán con el problema creado. De locos. Desde luego la medida no parece más que un patinazo de incalculables proporciones. ¿Cómo reaccionarán los padres que tengan que pagar esas enormes multas sólo porque sus hijos estén jugando? ¿Alguien se cree que se puede sancionar a un niño por jugar o a un mayor sin que haya dinero de por medio? En estos tiempos tan talibanes, los políticos de estado pierden el norte. Al menos, el Tribunal Europeo les enmendará la plana por vulnerar las libertades individuales.