Diario de León
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Hace unos días, un buen amigo me entregó una copia de una carta enviada a S. M. el rey Alfonso XII escrita en León por la Sociedad Económica Amigos del País. La carta viene sin fecha de envío, pero sí se sabe que Alfonso XII reinó entre los años 1874 y 1885. En el largo texto figuraban los siguientes datos: «Señor, la Sociedad Económica Amigos del País de esta ciudad de León se hace partícipe de la satisfacción con que se recibe en toda ella la visita de V. M. ; que si siempre es grato recibir en su seno a las personas a quienes se aprecia, lo es más cuando éstas reúnen las circunstancias de ser sus protectores; por eso, esta Sociedad Económica cree que faltaría a uno de sus primeros deberes si no aprovechase estos momentos para felicitaros por Vuestra llegada exponiéndoos al propio tiempo la verdadera situación del país de quien son amigos todos los que la componen».

Los viajes de los reyes a las ciudades del Estado son muy convenientes porque el Monarca, con su presencia en ellas, pregunta tácitamente a los pueblos que visita lo que necesitan y cuál es su situación y los pueblos, agradecidos a la solicitud de sus reyes que se interesan por su bienestar, deben exponer fielmente el estado de adelanto o decadencia en que se encuentren, proponerles las mejoras que puedan introducirse en la localidad para remediar males futuros que, atañendo directamente a ellos, redunden en perjuicio de la nación y por consecuencia en perjuicio también de la primera persona de ella. Éste es el objetivo principal de los viajes indicados, así lo cree la Sociedad Económica Amigos del País y, como está persuadida de que, al honrar a V. M. con su presencia en esta ciudad de preclara Historia, tiene formado el propósito de conocerle a fondo, tarea harto difícil sin que os faciliten esas noticias: Los Amigos del País deben ser los encargados de cumplir con este cometido que V. M. agradecerá seguramente.

Sería hacer una ofensa a V. M. el explicarle con detenimiento las condiciones de la provincia; demasiada clara es vuestra inteligencia y vastos los estudios que habéis hecho del Reino para conocer profundamente que la Agricultura y la Industria son los elementos de esta comarca, pero es oportuno que sobre ellos hagamos algunas consideraciones pertinentes al objeto que nos proponemos. La Agricultura, Señor, languidece en este país por la falta de escuelas prácticas y fáciles puestas al alcance de nuestros labradores y de sus reducidos conocimientos. La escasez de recursos reconoce dos causas principales: la primera tiene su origen en los pequeños adelantos que en la producción se han introducido, la segunda, que es con seguridad la más influyente, son las circunstancias aciagas por las que está pasando la nación en estos últimos años, las cargas del Estado y la crisis general que está sufriendo el país actualmente. La industria está sin crear todavía y arranca lágrimas de sentimiento al considerar los elementos de vida que tiene esta provincia escondidos en las entrañas de su suelo sin que se encuentre algún medio eficaz para desarrollarla: el carbón, ese agente que comunica calor y vida a colosales fábricas extranjeras, facilitando medios de subsistencia; el hierro, nervio eficaz y moderno en el arte de la construcción y así también otros metales.

Los viajes de los reyes a las ciudades del Estado son muy convenientes porque el Monarca, con su presencia en ellas, pregunta tácitamente a los pueblos que visita lo que necesitan y cuál es su situación y los pueblos

La situación que ocupa esta provincia, su orografía, sus valles y sus ríos están diciendo que llegará un día en que será un gran centro industrial y por lo tanto de comercio. Esto sucederá necesariamente, pero es deber de todos los que en algo aprecian al país, procurar que sus esfuerzos hagan lo que el tiempo y los años han de hacer: adelantando el momento de utilizar los recursos con que la Providencia la ha dotado. Estos datos demuestran que los leoneses ya llevamos más de un siglo luchando por tener los mismos derechos que el resto de españoles sin conseguirlo, más bien al contrario, cada año que pasa toda la región leonesa y en especial la provincia de León están cada año peor.

La creación de la autonomía de Castilla y León ha sido una sucia jugada de los políticos. Todas las regiones españolas tienen claras diferencias entre sí, pero León y Castilla son más que diferentes, son antagónicas. Durante siglos las relaciones entre León y Castilla fueron muy difíciles. Castilla fue el único Reino cristiano de España que intentó destruir al Reino de León. Mientras formó parte de León, todos sus nobles traicionaron al Reino de León, intentando destruirlo. Cuando Castilla logró la independencia, sus reyes atacaron a León con el mismo ánimo de destruirlo. Si Castilla no destruyó el Reino de León fue porque militarmente Castilla siempre fue muy inferior en comparación con León. Los otros reinos cristianos, Navarra y Aragón, jamás atacaron al Reino de León. Incluso las relaciones con el Reino de Portugal fueron cordiales, salvo en una ocasión. El rey Alfonso I de Portugal invadió Galicia con el fin de anexionarla. El rey Fernando II de León, prefiriendo la diplomacia a la guerra, se reunió con Alfonso I el día 30 de abril de 1165 en Pontevedra. Se firmó la paz comprometiéndose el rey portugués a devolver las tierras ocupadas y el rey de León se comprometió a contraer matrimonio con la Infanta Doña Urraca, hija del rey de Portugal. Desde entonces las relaciones entre Los reinos de León y de Portugal fueron siempre cordiales.

El gobierno de Castilla y León ha conseguido que la región leonesa en general y la provincia de León en particular hayan sido olvidadas económica, demográfica, social e industrialmente para beneficias a una parte de Castilla. Existen datos oficiales que lo demuestran muy claramente. La provincia de León ha perdido más de 100.000 habitantes, la provincia española que más población ha perdido en cifras absolutas.

León es la provincia que más se ha empobrecido, pasando en renta per cápita, del puesto 26º al penúltimo entre todas las provincias de España. En 2019 la autonomía de Castilla y León perdió 4.630 habitantes, de ellos, la provincia de León perdió 3.562 habitantes, es decir el 77% del total, el resto lo perdieron las provincias leonesas de Zamora y Salamanca y la castellana de Palencia. Se da la circunstancia de que en ese mismo año la provincia de Valladolid amplió su población en 1.103 habitantes. Creo que estos datos demuestran claramente que la Comunidad de Castilla y León no funciona, es una autonomía fracasada y, cuando algo fracasa hay que cambiarlo.

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