Diario de León
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Si conocemos la Historia de España y la comparamos con la Constitución del año 1978 nos daremos cuenta que España no es una democracia. El artículo 2.º dice: «la Constitución se fundamenta en la indisoluble unidad de la nación española, patria común e indivisible de todos los españoles y reconoce y garantiza el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones que la integran y la solidaridad entre ellas». La mayor parte del texto es plenamente democrático, pero el reconocimiento de nacionalidades y regiones es contrario a la historia y, por consiguiente, antidemocrático. En la Edad Media, España se componía de varios reinos plenamente independientes entre sí, no nacionalidades. A partir del año 1230, además de los reinos de Navarra y Aragón, existen los reinos de León, Castilla y Toledo. Estos tres reinos juntos reconquistaron gran parte del territorio ocupado por los invasores musulmanes. El año 1348 se reúnen por primera vez las Cortes Democráticas de León y de Castilla en la ciudad de Compluto, hoy Alcalá de Henares, y allí se reconoce la existencia de cuatro reinos: León, Castilla, Toledo y Andalucía, no nacionalidades. Desde el año 1230 hasta la muerte de Isabel la Católica había un único rey para los reinos y, cuando firmaba algún documento, enumeraba todos los reinos, empezando siempre por el Reino de León por respeto a su antigüedad. A partir del reinado de Carlos I, el rey ya firmaba como Rey de España no como rey de los diversos reinos por lo que se puede decir que España era un reino de reinos, no nacionalidades. Esto fue así hasta el año 1833. En ese año el secretario de Estado, Javier de Burgos, hizo una nueva división administrativa de España, creando 49 provincias y 15 regiones, no nacionalidades. En el año 1927, debido a las dificultades para gobernar Canarias, que era una provincia, la dividen en dos, formando 50 provincias, que son las actuales. Las 15 regiones, no nacionalidades se llamaban: Andalucía, Aragón, Asturias, Castilla la Vieja, Castilla la Nueva, Cataluña, Extremadura, Galicia, León, Murcia, Navarra, Valencia, Vascongadas, Baleares y Canarias. En el año 1873 las regiones fueron reconocidas por la 1ª República y el año 1931 lo fueron por la 2ª República. En la Historia de España nunca aparece la palabra nacionalidad.

Desde el año 1230 hasta la muerte de Isabel la Católica había un único rey para los reinos y, cuando firmaba algún documento, enumeraba todos los reinos, empezando siempre por el Reino de León por respeto a su antigüedad

La Constitución del año 1978 habla de nacionalidades y regiones, pero no dice cuáles son regiones y cuáles son nacionalidades. Los políticos aclaran que las nacionalidades son Cataluña, Las Vascongadas y Galicia. Los políticos deberían aclarar por qué Cataluña es una nacionalidad y no lo es Aragón. Cataluña nunca fue un reino, se unió voluntariamente al Reino de Aragón con el fin de estar protegido de los invasores musulmanes. También deberían aclarar por qué Vascongadas es una nacionalidad y no lo es Castilla. Es bien sabido que las Vascongadas siempre fueron parte de Castilla. También deberían aclarar por qué Galicia es una nacionalidad y no lo son Asturias ni León, pues es bien sabido que Galicia, excepto seis años que fue un Reino, fue durante siglos primero territorio del Reino de Oviedo y luego de León.

Es increíble que en España tengamos una Constitución con artículos antidemocráticos como el artículo 2º, siendo España la Cuna de la Democracia de la Historia. En abril del año 1188, el rey de León Alfonso VIII, que incomprensiblemente los historiadores llaman Alfonso IX, un rey de solamente 16 años de edad, convocó en la ciudad de León el primer Parlamento Democrático en la Historia de la Humanidad, un Parlamento donde asisten miembros de los pueblos de todo el reino elegidos democráticamente por los ciudadanos, un hecho reconocido oficialmente por la Unesco. En ese Parlamento fueron creadas unas leyes, conocidas como los Decreta, unas leyes plenamente democráticas sin derechos ni obligaciones diferentes para ninguna de las tres regiones que conformaban el reino: asturianos, gallegos y leoneses. El año 1230 entra Extremadura a formar parte del Reino de León con los mismos derechos y obligaciones que los anteriormente citados. Eso era democracia.

Los ciudadanos españoles sabemos muy bien los graves problemas que ha traído la creación de las Autonomías: nacionalismos, independentismos, privilegios para las nacionalidades, empobrecimiento y despoblación para algunas regiones. Las autonomías debieran desaparecer y si, por razones políticas debieran seguir, el Estado debería recuperar una buena parte de las competencias que actualmente tienen las autonomías, entre ellas: la sanidad, la cultura, la cuestión lingüística e interior. Es una vergüenza que actualmente no se enseñe la Historia de España en los centros de enseñanza, se enseña historias inventadas.

Sirva el siguiente ejemplo: La Fundación Villalar, con el visto bueno de la Junta de Castilla y León, ha editado un libro con el título de Historia de Castilla y León . En ese libro se narra lo siguiente: la Historia de Castilla y León nació en Atapuerca, provincia de Burgos, hace 300.000 años. ¡Qué barbaridad!, el Reino de León fue creado hace poco más de 1100 años y Castilla fue fundada hace poco más de 1000 años.

No digamos lo que se enseña en otras regiones, menos Historia de España cualquier otra historia inventada por nacionalistas e independentistas. La auténtica Historia de España es una de las historias más gloriosas que existen, baste decir que España ha sido el único país que ha vencido a los invasores musulmanes y evitó que hoy toda Europa sea musulmana.

El nacimiento de la Democracia en España el año 1188 no es un caso único, el descubrimiento y colonización de América y el Siglo de Oro español son historias únicas e irrepetibles.

Los políticos han creado tres autonomías con tres provincias que nunca han sido regiones ni nacionalidades: Cantabria, La Rioja y Madrid. A otra de las regiones más históricas de España, la región leonesa, la han unido a Castilla, la región más antagónica del Reino de León sin consultar a los leoneses ni tampoco a los castellanos si estaban de acuerdo. Lo que los políticos han conseguido es hacer desaparecer a la región leonesa de la Historia. A esto los políticos llaman democracia.

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