Globos y sondeos

SE había creado un clima tan favorable al PSOE, que el PP ha valorado como un éxito la reciente macroencuesta del CIS (Centro de Investigaciones Sociológicas), donde aparece con una ventaja de 3,9 puntos a escala nacional. Si tomamos como referencia el empate técnico cantado en algunos sondeos privados, es lógico que Aznar y su gente hayan recibido con alivio la estimación de voto elaborada por el oráculo oficial; aun pasando por alto el «cocinado» del trabajo de campo, donde los socialistas ganan en intención directa de voto más simpatía. Pero si, con más rigor, nos remitimos al último barómetro del CIS, el del verano pasado, no se ve por ningún lado la causa del optimismo del PP, pues queda clara la confirmación de la tendencia: PSOE al alza, PP a la baja. Aznar ha dicho que la actuación de Zapatero en el debate presupuestario y la posterior fiesta socialista de Vistalegre pusieron en el aire un globo. Eso lo sabremos dentro de unos días, cuando se haga público el barómetro de octubre. Por su parte los dirigentes del PSOE han puesto en duda la credibilidad de la mencionada macroencuesta conocida el martes pasado, en la que no acaba de quedar claro el método seguido para lograr la aritmética de la estimación ofrecida en esos 3,9 puntos de ventaja del PP. Ésta ya es otra cuestión que, desde luego, justifica la propuesta del PSOE para conseguir un centro de sondeos público dependiente del Parlamento y no del Gobierno, que al menos serviría para alejar la sospecha que recae sobre la trastienda que acompaña al tratamiento técnico de los datos obtenidos en el trabajo de campo. Lo cierto es que, en las 13 comunidades autónomas llamadas a las urnas en aquella ocasión -13 junio del 99-, la previsión se equivocó siempre en contra de los socialistas. Con una sola excepción: la Comunidad de Navarra, donde obtuvieron casi un punto más de los que le atribuía el sondeo de vísperas. En las demás, fue al revés. Con errores por encima de los 6 puntos, en Madrid, Castilla-La Mancha, Aragón, Asturias o Cantabria.