Zapatero escribe a Aznar

Aznar nunca se ha comunicado fluidamente con sus adversarios políticos, sean presidentes de comunidades autónomas o líderes de la oposición, si se exceptúa a Julio Anguita, ex coordinador de IU, con quien compartía idéntica aversión al PSOE. Parece raro, sin embargo, que ante la catástrofe ecológica, económica y social en el litoral de Galicia rechazase ayer todo diálogo con Rodríguez Zapatero. Da la sensación de que el Gobierno y su presidente han estado haciendo lo posible para que sus errores en el tratamiento de la marea negra puedan magnificarse, y no sólo desde la oposición sino también desde la sociedad, cuya madurez democrática raramente tolera estrategias de desinformación, de medias verdades o de mentiras disfrazadas, sin contar las salidas por los cerros de Úbeda de algún ministro y varios portavoces «populares». La televisión pública transmitía ayer imágenes muy precisas de los esfuerzos que en la bocana de la ría de Arosa o junto a las islas Cíes realizaban marineros y pescadores del literal en lucha cuerpo a cuerpo desde sus barquitas de pesca contra los manchones de fuel, intentado recogerlos a paletadas, casi a puñados. Esa información gráfica era una verdad absoluta, reconocida obviamente desde La Coruña por el vicepresidente Rajoy, quien habló de los esfuerzos que se están realizando, de la dificultad de distribuir los efectivos ante los cambios en la dirección de los vientos y de la complejidad del problema, que no puede resolverse de un plumazo. En las rías de Vigo y de Arosa intentaban los marineros resolverlo casi a mano. Pero a poco más de quinientos kilómetros del litoral gallego, donde había estallado la tragedia ecológica, económica y humana, se producía una tragicomedia política. Al negarse Aznar a dialogar con Zapatero, éste le escribió una carta, que leyó obviamente a la prensa, y en la que le recuerda al presidente del Gobierno el alcance de la catástrofe, le pide que se ponga al frente de la situación y que dirija el Gabinete de crisis con todos los ministerios implicados. Si al pedir a Aznar que se ponga al frente de la situación, sugería Zapatero que hasta ese momento no lo estaba, el resto de su carta propone medidas urgentes y eficaces para detener en lo posible los daños que podrían seguir causándose. Para ello aconseja la movilización inmediata de las Fuerzas Armadas, de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, y de todos los efectivos de Protección Civil de que disponga este país. Y que se dé información sistemática al Parlamento y a la opinión pública. El PSOE se pone, para el desarrollo de estas medidas, a disposición del Gobierno.