Para qué el déficit cero

Más que la ampliación de la UE a diez nuevos países, que borra las fronteras de la guerra fría y abre una incógnita europea, al Congreso de los Diputados le interesaba ayer la solidaridad del reciente Consejo de Copenhague con Galicia. El pleno parlamentario en el que Aznar iba a informar e informó sobre los resultados de Copenhague se convertía así en un pleno casi monográfico sobre la catástrofe del «Prestige». El Gobierno tuvo que escuchar críticas muy duras de la oposición, pero también iniciativas para paliar hasta el límite de lo posible los efectos de las mareas negras sobre un litoral arruinado o empobrecido, que tardará años en recuperarse. Frente a las ayudas económicas anunciadas hasta ahora desde Bruselas, y reflejadas en unos datos tan exiguos como concretos, Aznar aseguró que tanto el Fondo de Cohesión como el de Solidaridad, tanto el Fondo europeo de desarrollo regional como el mismo IFOC, no han puesto a su solidaridad ningún límite, aunque ello no signifique que tengan abiertos los grifos de la subvención. A unos 265 millones de euros calcula el presidente del Gobierno que llegarán las ayudas económicas de la UE. Lo mejor de la sesión parlamentaria de ayer, a la que Aznar, según el líder socialista Zapatero, había llegado tarde y como a hurtadillas, envuelto en el manto del Consejo de Copenhague, tan tarde al menos como el Ejército al litoral gallego o tan tarde como se organizó por fin un gabinete de crisis, lo mejor fue, sobre el fondo negro de la catástrofe, que la oposición socialista renunciaba a meter el dedo en las heridas del Gobierno y se ofrecía a Aznar para desarrollar una acción concertada a lo ancho y a lo largo de la UE con el fin de obtener con destino a Galicia y el Cantábrico todos los recursos europeos posibles. Hasta ahí la colaboración que Zapatero ofrecía; desde ahí, los consejos que daba: a) que Aznar convoque a todos los presidentes autonómicos para garantizar la ayuda y la solidaridad de todas las regiones españolas con Galicia, y b) que Aznar le pida a Bush mañana, cuando almuercen en la Casa Blanca, la cooperación científica y técnica de los Estados Unidos para la limpieza y recuperación del litoral gallego y cantábrico. Había algo ayer en el pleno que chirriaba al contacto con la desolación gallega, reflejada tanto en las palabras del diputado del BNG como, a seiscientos kilómetros de Madrid, en los marineros y pescadores que, agotados por su lucha cuerpo a cuerpo con la marea negra, seguían en primera línea. Y ese algo es el déficit presupuestario cero. Porque Galicia bien merece que se endeude el Estado.